Emotivo homenaje al escritor y poeta José Miguel Ortiz Suárez en Los Vilos

Un emotivo y concurrido homenaje recibió este sábado en el Bodegón Cultural de Los Vilos el reconocido escritor y poeta José Miguel Ortiz Suárez, en una iniciativa organizada por su nieto Andrés Bustos junto a su familia, que reunió a literatos, amigos y seres queridos del destacado autor.

La jornada estuvo marcada por la calidez y el cariño, donde se leyeron fragmentos de su obra y se compartieron palabras de admiración y gratitud de parte de sus más íntimos. En medio de la emoción, el homenaje se transformó en un verdadero abrazo colectivo hacia Ortiz Suárez, quien atraviesa una delicada enfermedad, encontrando en este encuentro un valioso aliciente y apoyo de quienes lo acompañan en su camino.

El homenaje no solo celebró al escritor, sino también al ser humano detrás de las letras. Como lo expresa el prólogo del libro La Poesía del Amanecer y el Legado de José Miguel Ortiz Suárez:

“Este libro es un homenaje a la incansable labor de un hombre que, con la misma dedicación con la que amasaba el pan, moldeó su propia historia. Nacido en 1943, su vida ha sido un testimonio de cómo los oficios y las pasiones pueden converger para crear un legado extraordinario.”

Ortiz Suárez es conocido como el poeta de la madrugada, un creador que hallaba en el silencio de las primeras horas la inspiración para dar vida a versos que exploran la esencia humana, la resiliencia y la sencillez de lo cotidiano. Obras como “Ojo del volcán ausente” y “El pan del hombre” reflejan esa mirada profunda y simbólica que ha marcado a generaciones de lectores.

Pero su talento no se limitó a la poesía: también brilló como dramaturgo, alcanzando reconocimiento nacional con su obra “¿Quiere usted ser mi perro?”, incluida en el prestigioso libro “8 mejores dramaturgos chilenos”, lo que le valió importantes galardones y consolidó su nombre en la historia del teatro chileno.

Más allá del arte, José Miguel Ortiz Suárez ha sido empresario, padre de familia y, sobre todo, un arquitecto de su propia vida, dejando huellas imborrables en quienes lo rodean. Su legado trasciende los libros: se manifiesta en las vidas que ha tocado con sus palabras, en la sabiduría compartida y en la autenticidad de un hombre que, con pasión y constancia, ha sabido transformar cada amanecer en poesía.

El homenaje en Los Vilos fue, sin duda, un justo reconocimiento a su trayectoria y un testimonio del profundo afecto que su obra y su persona despiertan en la comunidad.