Con la temporada estival a la vuelta de la esquina, las proyecciones optimistas de recuperación turística para el año 2024 se ven empañadas por una amenaza inminente: la escasez de agua en diversos destinos turísticos de Chile. La Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur) ha advertido sobre el riesgo que representa la masiva llegada de viajeros para el suministro de agua, especialmente en un contexto de sequía que ha afectado al país durante la última década.
La Región de Coquimbo se encuentra particularmente vulnerable, donde los consumos de agua durante la temporada alta experimentan un incremento promedio del 14%. Sin embargo, en áreas específicas como los valles interiores y los populares balnearios de Tongoy o Guanaqueros, se han registrado picos alarmantes que alcanzan hasta el 80%. Esta situación se agrava debido a las reservas acumuladas afectadas por la sequía persistente.
Las altas temperaturas pronosticadas para este verano agudizan la preocupación, ya que se espera un aumento significativo en la demanda de agua. La combinación de la afluencia masiva de turistas y las condiciones climáticas adversas podría desencadenar una crisis en el suministro de agua en estos destinos turísticos.
A pesar de las expectativas de recuperación turística para el próximo año, las autoridades locales y las empresas turísticas se encuentran trabajando en medidas preventivas para garantizar el abastecimiento de agua durante la temporada estival. Se están implementando restricciones en el uso del recurso hídrico y campañas de concientización dirigidas tanto a residentes como a visitantes con el objetivo de preservar los escasos recursos hídricos de la región.
Plantas desaladoras: una alternativa de subsistencia
Las provincias nás afectadas son Limarí y Choapa, donde las autoridades junto a agricultores han planteado la necesidad urgente de desarrollar proyectos de plantas desaladoras con la finalidad de hacer frente a la caótica situacion, solicitando incluso al Gobierno que se declare Zona de Catástrofe.
Sin ir más lejos, el Valle de Quilimarí, en la comuna de Los Vilos, enfrenta una dramática escasez de agua dulce, afectando a casi a la totalidad de los APR de comunidades rurales, los que deben ser abastecidos con camiones aljibes coordinados por el municipio local.
Esto se debe a la inducción salina que está afectando a los pozos de captación, como lo ocurrido en el sector de El Esfuerzo en Pichidangui, donde cerca de 1.400 familias están recibiendo suministro de emergencia.
La comunidad turística y las autoridades enfrentan el desafío de equilibrar el impulso económico del turismo con la necesidad crucial de preservar los recursos naturales. La incertidumbre sobre el impacto de esta amenaza hídrica plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de los destinos turísticos en Chile, generando un llamado de atención urgente para la implementación de prácticas y políticas más sostenibles en la gestión del agua.