A la fecha y ya transcurrido más de un mes desde el estallido social chileno que en concreto ha logrado solo conseguir en el mundo parlamentario no mucho más que una precaria hoja de ruta para empezar a cambiar la Constitución Política heredada de la dictadura, aún resta una consulta que determinará el mecanismo a seguir para luego elegir una “convención” que no quisieron llamar asamblea que discutirá, planteará y votará un nuevo texto constitucional, que luego deberá aprobar el pueblo de Chile. A primera vista suena y se lee de manera muy vistosa y pareciese también ser un ¨gran acuerdo” de parte de nuestra clase parlamentaria, pero por más que con esto se tienda a hacer creer y parecer que todo pueda volver a la normalidad, la verdad es que estamos muy distantes a eso.
Mientras las manifestaciones siguen en pie a lo largo del país, a la fecha, llevamos más de una veintena de muertos, más de 200 mutilados en su vista, al menos un centenar de denuncias por
violaciones y violencia sexual por parte de la policía, quien en vez de disminuir o hacer mea culpa por parte de sus funcionarios (en especial de las Fuerzas Especiales quienes han desatado la mayor represión y daño en civiles), hace declaraciones desafortunadas y derechamente mienten ante la opinión pública y continúan reprimiendo las manifestaciones pacíficas haciendo uso ilegítimo de la fuerza con la intención de hacer daño a quienes protestan, consignado esto en el estudio de Amnistía Internacional en nuestro país. En caso contrario cuando se producen desmanes y saqueos al comercio no acuden con tanta vehemencia demorando horas en responder. Todo esto con el respaldo de nuestro Presidente de la República quien no solo con plantear con su equipo político el adelantar el egreso de los cadetes de las policías para salir a las calles, quiere nuevamente sacar a los militares a las calles, todo esto claro de manera republicana a través de un proyecto de ley, para no tener que recurrir al estado de excepción constitucional, en el fondo es seguir queriendo apagar un incendio con bencina y ahondar aún más esta especie de Autogolpe y Estado Policial a la vez, que cuenta con el apoyo de la democracia cristiana (suena a chiste repetido) sumado obviamente el oficialismo.
Esto nos demuestra de que nuestra actual clase política aún no termina de entender la magnitud de este estallido social, muy similar a lo que ocurre en nuestro planeta nada más ni nada menos con el cambio climático. Existe un desapego abismante con la ciudadanía en sus demandas respecto de la burbuja en la que viven los parlamentarios y que decir del palacio presidencial, que no dudará en agotar al máximo al movimiento social a punta de represión, balines y tortura, todo con tal de defender a ultranza al neoliberalismo y su sistema económico que estruja y explota a la ciudadanía en general.
Pero ante este escenario a lo menos preocupante, vemos como en nuestro continente se reprime a punta de balas al pueblo boliviano luego del golpe de estado al gobierno de Evo Morales (los errores de Morales dan para un análisis aparte) y también para con el pueblo colombiano que también estalló ante las desigualdades de su sociedad que durante tanto tiempo estuvieron encubiertas por la situación de las guerrillas y el narcotráfico.
Difícilmente en el corto plazo el movimiento vaya a decaer mientras las diversas demandas ciudadanas no sean atendidas, es claro que no se puede hacer todo de una vez y aunque el avance constitucional que tomará su tiempo (y así debe ser además) es un comienzo, es recién la punta del iceberg frente a este modelo económico y descarnado que ahoga a la sociedad chilena en general.
Es de esperar que propuestas como la de los alcaldes de Chile respecto a hacer una consulta ciudadana vayan en esa línea de hacer una política más de calle y en línea con el sentir de la ciudadanía en pos de ir sentando precedentes para el camino constituyente que debamos tomar en los meses venideros, que la represión disminuya y que las violaciones a los derechos humanos cometidas durante este estallido no queden impunes y que sus responsables cumplan ante la ley.
Por Matthias Eyzaguirre Méndez, Asesor Jurídico, Dirigente Rural, Emprendedor, ex candidato a Concejal por la comuna de Los Vilos y a Consejero Regional por la Provincia del Choapa (Independiente PS).