Cada 30 horas la pandemia genera un nuevo milmillonario, mientras que al mismo ritmo un millón de personas podrían caer en la pobreza extrema

Mientras el costo de los productos básicos para las familias muestra su mayor crecimiento de las últimas décadas, la riqueza de los milmillonarios vinculados a sectores de la alimentación y la energía aumenta en mil millones cada dos días. En América Latina y el Caribe la crisis y alza de precios agudizará los niveles de inseguridad alimentaria

Durante los dos años que lleva la pandemia 573 personas se convirtieron en milmillonarias, a razón de un nuevo milmillonario cada 30 horas. En el lado opuesto, se espera que para final de este año 263 millones de personas adicionales podrían verse sumidas en la pobreza extrema: un millón de personas cada 33 horas. Así lo denuncia Oxfam en la nota informativa Beneficiarse del sufrimiento, que se publica hoy con motivo de la reunión del Foro Económico Mundial, cita anual de la élite internacional en la ciudad suiza de Davos.

En América Latina y el Caribe, la riqueza de los milmillonarios de la lista Forbes ha crecido en más de 5 millones de dólares por hora, 124 millones por día. Esta riqueza extraordinaria producida durante la crisis ha creado 27 milmillonarios en los últimos dos años, casi uno nuevo cada cuatro semanas. Esto se da en una región donde el costo de la vida es cada vez más alto, con una inflación entre 6 % y 11 % en la mayoría de países, de acuerdo con Haver Analytics.

El alza de precios de la energía y los alimentos ha producido una agudización de la inseguridad alimentaria y el hambre, sobre todo en Centroamérica donde el cambio climático ya venía afectando la agricultura. El maíz, por ejemplo, que es la base de la alimentación en la subregión, ha subido de precio entre un 30% y un 60% con respecto a marzo del año pasado, según la Red de Sistemas de Alerta Temprana Contra la Hambruna (FEWS NET).

“Mientras, millones de personas se ven obligadas a saltarse comidas, a retrasarse en el pago de las facturas y a preguntarse qué más pueden hacer para poder salir adelante. Estas obscenas desigualdades están quebrando los vínculos que unen a la humanidad. Son divisivas, corrosivas y peligrosas. Son desigualdades que literalmente matan”, apunta Gabriela Bucher, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.

“Las fortunas de los milmillonarios no han aumentado porque ahora sean más inteligentes o trabajen más duro. Las trabajadoras y trabajadores sí están trabajando más arduamente, pero por un salario más bajo y en peores condiciones. Las personas más ricas han manipulado el sistema con total impunidad durante décadas, y ahora están recogiendo los frutos. Se han embolsado una asombrosa parte de la riqueza mundial gracias a la privatización y los monopolios, aprovechando la desregulación y vulnerando los derechos de las personas trabajadoras mientras ocultan su dinero en paraísos fiscales, todo ello con la complicidad de los Gobiernos”, añade Bucher.

Sectores energéticos, alimentario y farmacéutico

El nuevo estudio de Oxfam también revela que las empresas de los sectores energético, alimentario y farmacéutico, donde los monopolios son especialmente comunes, están logrando beneficios sin precedentes, a pesar de que los salarios de las personas trabajadoras apenas han aumentado. 

Las fortunas de los milmillonarios de los sectores de la alimentación y la energía se han incrementado mil millones cada dos días, es decir, 453 000 millones de dólares en los últimos dos años. BP, Shell, TotalEnergies, Exxon y Chevron, cinco de las principales empresas energéticas, se embolsan en conjunto 2 600 dólares en beneficios cada segundo.

Junto a tan solo otras tres empresas, la familia Cargill controla el 70 % del mercado agrícola mundial. El año pasado, Cargill logró los mayores beneficios de su historia, 5000 millones de dólares en ingresos netos, y se prevé que la empresa supere de nuevo en 2022 este récord. Solo en la familia Cargill hay 12 milmillonarios, cuatro más que antes de la pandemia. 

Impacto en los países de renta baja

El 60 % de los países de renta baja está al borde de la quiebra. Mientras la inflación aumenta en todas partes, el aumento desorbitado de los precios está resultando especialmente devastador para las trabajadoras y trabajadores con salarios bajos, cuya salud y medios de vida ya eran más vulnerables ante los impactos de la pandemia, especialmente en el caso de las mujeres y las personas racializadas y en situación de exclusión. La población de los países pobres destina más del doble de sus ingresos a comprar alimentos que la de los países ricos.

  • Los 10 hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que los 3100 millones de personas que componen el 40 % más pobre de la humanidad.
  • Una trabajadora o trabajador que se encuentre en el 50 % más pobre del mundo tendría que trabajar 112 años para obtener los mismos ingresos que lo que una persona del 1 % más rico consigue en un solo año.
  • La elevada informalidad y el volumen de trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres mantiene a 4 millones de mujeres en Latinoamérica y el Caribe fuera del mercado laboral.

Sector farmacéutico

La pandemia ha creado 40 nuevos milmillonarios en el sector farmacéutico. Las empresas farmacéuticas como Moderna y Pfizer se embolsan mil dólares en beneficios cada segundo gracias exclusivamente a su monopolio sobre la vacuna contra la COVID-19, a pesar de que para su desarrollo recibieron miles de millones de dólares de inversión pública. Estas empresas cobran a los Gobiernos por las vacunas hasta 24 veces más del costo potencial de producción de vacunas genéricas contra la COVID-19. El 87 % de las personas en países de renta baja sigue sin haber recibido la pauta completa de la vacuna.

“Estas personas extremadamente ricas y poderosas se benefician del dolor y el sufrimiento. Es algo inconcebible. Algunas se han hecho ricas negando el acceso a las vacunas a miles de millones de personas. Otras, al aprovecharse del aumento de los precios de los alimentos y de la energía. Reparten enormes primas y dividendos mientras reducen su factura fiscal todo lo posible. Este aumento de la riqueza y de la pobreza son dos caras de una misma moneda”, afirma Bucher.

Medidas urgentes para frenar la pobreza extrema

Oxfam recomienda a los Gobiernos que adopten inmediatamente las siguientes medidas:

  • Aplicar impuestos solidarios temporales sobre las ganancias extraordinarias de los milmillonarios durante la pandemia, y con este dinero financiar medidas de apoyo por el aumento de los precios de los alimentos y la energía. Si se aplicara un impuesto al patrimonio neto a los milmillonarios de Latinoamérica sobre su fortuna declarada en 2022, se podrían recaudar 20,210 millones de dólares en total. Argentina lo hizo adaptando un aporte fiscal extraordinario a las grandes fortunas, y actualmente está considerando introducir un impuesto sobre los beneficios extraordinarios del sector energético, y aplicar una contribución sobre los activos no declarados y ocultos en el extranjero para costear la deuda con el FMI.
  • Poner fin a esta crisis agravada por la maximización de los beneficios excesivos y extraordinarios a las grandes corporaciones, introduciendo un impuesto temporal del 90% a estas. Oxfam estima que un impuesto de tales características aplicado a 32 corporaciones hubiera generado una recaudación adicional de 104 000 millones de dólares tan solo en 2020.
  • Introducir impuestos permanentes sobre la riqueza extrema, para poder limitar el poder monopólico y las desorbitadas emisiones de carbono de los ricos. Un impuesto anual sobre el patrimonio (comenzando en tan solo un 2 % para las fortunas millonarias y llegando al 5 % en el caso de las milmillonarias) podría generar 2,52 billones de dólares cada año, suficiente para ayudar a salir de la pobreza a 2300 millones de personas, producir vacunas para todo el mundo y proporcionar servicios de salud y protección social universales a la población de los países de renta media-baja y baja.