Caravana por el Agua: un grito de la ciudadanía en Illapel

Las graves consecuencias que podría tener en la población el Plan de Racionamiento de agua potable para la ciudad de Illapel anunciado por la sanitaria Aguas del Valle, ha levantado una serie de cuestionamientos por el proceder tardío de la empresa, ante la situación de sequía que se arrastra por más de una década en la zona.

La situación hídrica en  la provincia del Choapa se ha tornado dramática, no solo por la falta del recurso para cultivos y alimento para el ganado, ahora la situación afecta directamente a la población humana.

Es el caso de la ciudad de Illapel que sufre una dramática escasez del vital elemento y que podría ocasionar un plan de racionamiento en la distribución de agua potable domiciliaria. Así lo ha reconocido la propia empresa sanitaria Aguas del Valle, a cargo del abastecimiento a la población.

La Región de Coquimbo viene enfrentando una escasez hídrica brutal producto de una prolongada sequía que se arrastra por más de una década. Los expertos han insistido que la situación ha tocado fondo y se requiere establecer una política decidida para buscar solución a la problemática.

Meses atrás, ya se señalaba que la situación sería compleja debido a  un déficit de precipitaciones del 39,8%. Se aclaraba que diversos sectores se encontraban con valores bajo lo normal, desde los valles hacia la cordillera de las provincias de Elqui y de Limarí y el sur de la provincia de Choapa, según el Boletín Climático de la época del CEAZA.

Se establecía que las precipitaciones para trimestre septiembre/octubre noviembre del 2020 estarían bajo lo normal y que la cercanía del verano, la estación seca normal, era menos probable que llegara algún evento de precipitaciones a la Región. De hecho, ni el tan anunciado último pronóstico meteorlógico abarcó la provincia del Choapa.

CEAZA ya pronosticaba que “en caso de que no se registren más precipitaciones abundantes (al menos de entre 5 a 20 mm) en la Región muchos lugares pasarán de tener una condición “normal” a una condición “bajo lo normal”, aumentando el déficit que ya presentan”.

Ni con todas estas predicciones, pareciera que la empresa sanitaria Aguas del Valle, a juicio de dirigentes vecinales de Illapel, no tomó las medidas necesarias para enfrentar el fenómeno.

Ricardo Carvajal, presidente de las comunidades agrícolas y quien lidera un nuevo movimiento “Por el Agua” en Illapel, señaló que la situación la habían advertido.

“Desde hace un tiempo  hemos sostenido que íbamos a tener problema con el recurso hídrico sobre todo en la cuenca del Choapa. No hemos sido escuchados y lo único que tenemos hasta el momento son medidas parches con respecto a este recurso”, indicó el dirigente.

Carvajal, indicó que a juicio de la comunidad, “creemos que la sanitaria no ha cumplido con lo que establece la ley, que es entregar el recurso hídrico a las comunidades y no empezar a dividir a las comunidades agrícolas porque aquí hay un tema que lo hemos venido diciendo hace rato, Aguas del Valle no puede intervenir en una comunidad, sacarles el agua y dejar a esas comunidades sin agua, eso no puede ser. Esto debieran haberlo previsto de mucho antes. Hemos planteado que esta problemática se puede solucionar de otra manera y no interviniendo la cuenca del Choapa más de lo que está, sobre todo con los pozos profundos”, precisó.

Caravana por el Agua

Este martes 2 de enero, a través de redes sociales, una multitud de personas y más de cien vehículos participaron de la denominada “Caravana por el Agua”, la primera movilización destinada a sensibilizar a las autoridades con un claro reparo a la actitud asumida por la sanitaria Aguas del Valle, la que, según señalan los dirigentes, busca presionar especialmente a las comunidades de Peralillo y Chuchiní, donde la empresa pretende desarrollar la construcción de pozos profundos de 70 metros para asegurar el abastecimiento de agua potable para la población de Illapel.

En conversación con Davidnoticias.cl, el gerente regional de Aguas del Valle, Andrés Nazer, reconoció el conflicto que ha creado el proyecto, indicando que este año “nos estamos enfrentando a un escenario muy crítico y esperamos poder salir adelante”.

Afirmó que ante la dura sequía que afecta la zona por más de 10 años, la empresa ha venido desarrollando un plan de inversión desde el 2015, descartando que se trate de obras pensadas en el último minuto.

“Como empresa, implementamos infraestructura que permite a la ciudad de Illapel disponer de agua en caso de sequía extrema como es la situación que tenemos en este momento, desde la cuenca del Río Choapa y no solamente desde la cuenca del Río Illapel como lo hace normalmente en épocas más normales. La ciudad de Illapel se alimenta del Río Illapel, que son aguas reguladas por el embalse El Bato y así se hace regularmente y durante los últimos años. Sin embargo, previendo una situación de sequía de mayor urgencia, mayor intensidad, nosotros construimos  el 2015 una conducción de 17 kilómetros de longitud desde un sector de Limáhuida, Peralillo y donde ahí existe la posibilidad de captar aguas superficiales para poder satisfacer la demanda y esa obra esta operando” indicó el ejecutivo.

Nazer, precisó que el presente año, esa captación de aguas superficiales se han visto afectadas por los que lo llevó a presentar un proyecto para construir pozos para captar aguas subterráneas, iniciativa que se empezó a trabajar a fines del 2019 y que se esperaba iniciar en el mes de agosto del 2020.

“Es en esa oportunidad fue cuando nos encontramos con la oposición de algunas personas de la comunidad de Peralillo para construir estos pozos,  aún cuando asumimos el compromiso de garantizar el agua para el sector en el caso de sufrir alguna afectación”, señaló.

Plan de Desarrollo incierto

Para el experto en el tema, Ingeniero Civil Mecánico, Aquiles Altamirano, quien se ha desempeñado  en el área, como Jefe Depto Técnico Subgerencia Zonal Ñuble de ESSBIO S.A; Subgerente Técnico de ESSBIO S.A. (VIII Región), Desarrollo de Due Dilignce para la incorporación del capital privado al área sanitaria de Chile, en conjunto con la empresa sanitaria Thames Water de Londres Reino Unido y Actual Consultor Independiente de la empresa Kod Ingeniería Ltda., con asiento en la VIII y recientemente en la IV región, el problema que tiene hoy Aguas del Valle se debe a lo que técnicamente se denomina Plan de Desarrollo (PD).

Primero que todo, hay que dejar claro que los Planes de Desarrollo (P.D.) se traducen en la hoja de ruta de cada empresa sanitaria del país. Esta corresponde a una proyección de dicha empresa en un horizonte de 15 o 20 años, dependiendo del tamaño de la localidad en específico y por ley, se elaboran cada 5 años. Esto, para efecto de ser revisados y aprobados por el ente fiscalizador, en este caso, la Superintendencia de servicios Sanitarios (SISS). Sin perjuicio de lo anterior, estos P.D. se constituyen la base para la negociación tarifaria, donde también se compromete todo el programa de inversiones, de tal forma de dar cuenta de la calidad, cantidad y continuidad del servicio de las respectivas concesionarias del ámbito sanitario” señala el profesional.

En atención a lo expuesto y teniendo presente la situación en específico de la ciudad de Illapel, la cual presenta en el escenario actual un déficit del recurso hídrico, se colige en forma inmediata que los P.D., los cuales y tal como fuera señalado, “deben contener todos los estudios hidrológicos de tal forma de prevenir con la debida antelación estos desfavorables escenarios, no fueron confeccionados en forma correcta o, en su defecto, simplemente no se planificaron ni se ejecutaron las obras en forma oportuna”, especifica.

La respuesta del ejecutivo de Aguas del Valle ante lo expuesto, fue que las obras fueron debidamente planificadas y existen los recursos y proyectos requeridos para su ejecución, siendo éstas, la construcción de sondajes para la extracción de recursos subterráneos. No obstante, el gerente regional de Aguas del Valle, Andrés Nazer, expone que se enfrentaron a un rechazo por parte de los directivos de los sistemas de Agua Potable Rural (APR), aledaños a los sectores donde se ejecutarían sus obras, calificando tal escenario como una presión social que impide la construcción de la infraestructura planificada por parte de la empresa sanitaria.

“Lo planteado, a mi juicio, no constituye en lo absoluto un argumento que justifique la no disponibilidad oportuna del recurso hídrico para satisfacer la demanda de agua potable de la población. Esto, toda vez que la acción de cada empresa sanitaria es anteponerse a cualquier inconveniente que surja en la correcta programación de las obras, incluso alguna eventual resistencia de las organizaciones sociales o sistemas de agua potable administrados por otras  entidades como en este caso son los APR. Además y  ante una situación calificada como “Sin solución”, se deben tener alternativas viables, las cuales, reitero, se deben detectar y enfrentar en con la debida antelación” culmina diciendo Aquiles Altamirano.

Sequía extrema

En promedio, los espejos de agua de la Región de Coquimbo mantienen, hasta el 31 de diciembre de 2020, era algo más de 493 millones de metros cúbicos de agua embalsada, lo que implica una disminución del 32% del total, entre el año pasado y 2019.

Así lo muestran los últimos datos entregados por la Dirección de Obras Hidráulicas en conjunto con las juntas de vigilancia del Río Elqui, Asociación de Canalistas del Embalse Recoleta y la Asociación de Canalistas del Embalse Cogotí, las que muestran una sensible disminución del volumen del agua embalsada en la región entre los años 2019 y 2020.

La mayor disminución se observan en los tranques ubicados en las provincias de Limarí y Choapa. Así, de mayor a menor, el embalse El Bato, (en la imagen) ubicado en la comuna de Illapel,  es el que ha sufrido mayor caída en su volumen de agua embalsada, mostrando una disminución de un 63% entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, estando sólo, a un 15% de su capacidad (3.891.000 metros cúbicos). Le sigue el embalse Cogotí, que entre diciembre de 2019 y el mismo mes de 2020, su volumen de agua embalsada ha caído en un 56%, encontrándose actualmente, a un 16% de su capacidad (21.955.000 metros cúbicos). En tercer lugar, viene el embalse La Paloma, el que ha perdido un 35% del volumen de agua embalsada, con respecto a diciembre de 2019. Actualmente, el espejo de agua más grande de la región acumula un total de 250.059.000 millones de metros cúbicos, es decir, un 33% de su capacidad máxima. Por el contrario, los embalses de La Laguna (Elqui) y Corrales (Choapa) han presentado perdidas por debajo del 20% (13 y 18% respectivamente).