“Cuando todo parece cuestionado y juzgado”, y cuando tantas voces exigen crucifixiones, la invitación de Jesús a Pedro es también una invitación hoy para la Iglesia: “Tú, sígueme”, señaló el cardenal Ricardo Ezzati. El Arzobispo de Santiago presidió este viernes 18 de mayo la eucaristía en la Catedral Metropolitana, la que marcó el inicio del Sínodo “Jóvenes, Fe y Discernimiento vocacional”, con una masiva participación de jóvenes y agentes pastorales de parroquias, colegios y movimientos.
El encuentro fue convocado por el pastor el año pasado, con posterioridad a la convocatoria que hiciera el Papa Francisco al Sínodo de Obispos que a fines de este año abordará el mismo tema, por lo que la versión arquidiocesana es una forma de preparar y aportar a esa instancia de la Iglesia Universal.
En su homilía, el cardenal Ricardo Ezzati dijo: “Nos viene bien, es consolador y reconfortante abrir el X Sínodo de la Arquidiócesis de Santiago sobre los “Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, en el tiempo y clima de cuestionamiento doloroso que vive la Iglesia de Chile y nuestra Iglesia Particular”.
Luego añadió que “cuando todo parece cuestionado y juzgado, cuando tantas voces se levantan para gritar y exigir crucifixiones, cuando parece que las tinieblas del Viernes Santo intentan oscurecer el horizonte de la Buena Nueva de Jesús o el silencio sepulcral del sábado dar lugar a la duda y a la desesperanza, la palabra del Resucitado a Pedro se hace confiada invitación a cada uno de nosotros, a toda la Iglesia: “¡Sígueme!”. El pastor agregó que esta invitación “nos llena de humilde confianza”.
Es cuando Jesús le pregunta por tercera vez si lo ama, que “Pedro se siente identificado con toda su historia de generosidad y de traición, de grandeza y de pequeñez, de gracia y de pecado”, señaló el arzobispo, en su homilía.
“Necesitamos un cambio, lo sabemos, lo necesitamos y anhelamos. No sólo se lo debemos a nuestras comunidades y a tantas personas que han sufrido y sufren, sino que pertenece a la misión e identidad de la Iglesia, el espíritu de conversión”, señaló el cardenal.
Mirar el futuro con fe y esperanza
Luego, el pastor indicó que la palabra de Jesús “Sígueme”, es “la conclusión de una historia marcada por altibajos de fe y de dudas, de una generosidad increíble, mezclada con una debilidad abismante”. Pedro y la comunidad eclesial, “frágil y pecadora, es la comunidad de Jesús, vivificada por su Espíritu. Es la Comunidad invitada, una y otra vez, a seguirlo, desprendida de todo ropaje de poder y de autosuficiencia, que debe tener delante de sus ojos al único Señor, para servir y dar vida abundante”, afirmó el Arzobispo de Santiago, recordando la meditación que el Papa Francisco entregó a los obispos de Chile el pasado 15 de mayo en El Vaticano.
Finalmente, el cardenal Ezzati expresó que “el Sínodo que hoy inauguramos, el décimo de la Historia de la Iglesia de Santiago, quiere ser una confesión alegre y confiada en el Señor Jesús, que nos invita a su encuentro para salir al encuentro de todo hermano y hermana, especialmente de los y las jóvenes. Jesús les ofrece vida abundante, les ofrece su propia vida de Hijo de Dios, para que fundados y radicados en él sean, especialmente ustedes, queridos jóvenes, piedras vivas de una Iglesia de rostro joven”. Expresó que ahora, “junto con los demás laicos y laicas jóvenes y adultos, junto a sus pastores y educadores, junto a tantas y tantos consagrados, a su Obispo y Auxiliares y en comunión con el Papa Francisco, que en el día de ayer nos ha confiado la misión bendecirlos y animarlos, emprendamos la tarea de mirar con fe y esperanza el futuro que el Espíritu Santo le tiene preparado al Pueblo Santo y fiel de Santiago”. Animó a los jóvenes a ser testigos alegres y auténticos del Evangelio de Jesús, testigos de tanto amor de Dios en la ciudad de Santiago y en el país.
Las sesiones del sínodo arquidiocesano se desarrollarán ente este sábado 19 y el lunes 21 de mayo, en el Colegio Sagrados Corazones de la Alameda, sobre la base del instrumento de trabajo, que contiene los temas que se analizarán en grupos llamados círculos menores, intermedios y mayores. De ellos surgirán propuestas pastorales que deberán levarse a cabo en la arquidiócesis de Santiago.