En una reciente declaración pública, Jessica Pizarro, representante de la ONG Quilidangui y miembro de la Comisión Hídrica, ha generado un debate intenso en la comunidad de Pichidangui. La discusión se centra en la planta de agua San Isidro, ubicada en la cuenca del río Quilimarí, y su impacto en la zona.
Según Pizarro, la controversia surgió tras publicaciones en redes sociales, señalando problemas derivados de la planta, especialmente entre propietarios de segundas viviendas en Pichidangui. Sin embargo, Pizarro destaca que la planta no está ubicada directamente en Pichidangui y que los desechos de la planta, que incluyen sales minerales, son redirigidos al río Quilimarí, no directamente a Pichidangui mismo.
“La gente con segundas viviendas en Pichidangui no ha comprendido completamente la situación”, afirmó Pizarro. “La planta no está en su área inmediata, y los efectos de contaminación salina afectan principalmente al río Quilimarí”.
La ONG Quilidangui critica la falta de información precisa y la desorientación en la comunidad respecto a la ubicación y los impactos reales de la planta. Señalan que los residentes de Pichidangui, tanto permanentes como temporales, deberían informarse adecuadamente antes de formar opiniones basadas en malentendidos.
Pizarro, subrayó la importancia de la responsabilidad ambiental y la protección de los recursos hídricos locales. “Es crucial que todos comprendamos la situación correctamente”, dijo. “No se trata de privar a Pichidangui de agua, sino de gestionar adecuadamente los efectos secundarios de la planta para proteger tanto a los habitantes como al medio ambiente”.
En respuesta a las preocupaciones sobre la calidad del agua, Pizarro indicó que el municipio ha tomado medidas para proporcionar agua segura a instituciones locales como escuelas y servicios de emergencia. Sin embargo, enfatizó que se necesita una cooperación informada y responsable entre todos los sectores involucrados.
Este debate continúa dividiendo opiniones en Pichidangui, mientras la comunidad busca un equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación ambiental, pero, por sobre todo, contar con agua de calidad para el consumo humano.
