De profesor, historiador e investigador a la política ¿Por qué?

“Porque considero que la política cumple un fin mayor al aportar en las soluciones que la gente demanda día a día. Llegar a ser candidato a consejero regional no es más que la consecuencia natural del camino recorrido, entendiendo que Historia es una carrera política y, por ende, influye en la comprensión de este mundo dinámico y diverso”, señala el profesor, historiador e investigador, Joel Avilez Leiva.

Agrega que esta campaña ha surgido desde la propia ciudadanía, “que desde hace tiempo me ha sugerido participar de elecciones populares. Bien, he recogido el guante y llevamos las banderas de la cultura, las artes, el patrimonio, educación, salud y medioambiente como parte de un desarrollo integral y territorial”.

Avilez precisa que hay que atreverse “a pasar el Rubicón y considera un honor el tener la oportunidad de representar en esta elección a la provincia del Choapa como candidato al Consejo Regional.

Según tu visión ¿qué le hace falta a Choapa?

Creo que hace falta entendernos como un territorio importante, que tenemos mucho que decir en diversos temas estratégicos para el desarrollo comunal, provincial, regional y país. Creernos el cuento de lo que las cifras nos entregan. No por nada el 67% del PIB regional se debe a la producción del Choapa. Entonces, desde el discurso hasta los datos duros deben ser importantes a la hora de sentarnos de igual a igual con las demás provincias de Coquimbo en el gobierno regional.

Nuestra agricultura, ganadería caprina, pesca artesanal y cultura trashumante es potente y deben ser declaradas patrimonio alimentario del país. Son un ejemplo de como resistir a los embates del tiempo y darles los apoyos y herramientas que se merecen para desarrollar de mejor forma las economías locales.

Hoy la provincia se nutre en la economía con la gran minería ¿Hay confianza para seguir trabajando en esta relación de “buenos vecinos” o la desconfianza prima por sobre el desarrollo?

Bueno, la minería ha estado presente desde las culturas ancestrales asentadas en nuestra tierra. Incluso en el período colonial hubo un año que se conoció en todo el Imperio español como el “año del Choapa” dada la gran producción aurífera de Illapel. A principios de la república tenemos Espíritu Santo, Las Vacas y Casuto donde los pirquineros fueron un motor económico importantes del país. En el siglo XX está el ejemplo de Farellón Sánchez con gran productividad.

Lamentablemente, estas iniciativas no generaron desarrollo real en el territorio. Muchos de los pueblos que nacieron bajo su alero hoy son ruinas fantasmales y sus habitantes pasaron a ser vecinos de las grandes urbes de la región.

Actualmente, la gran minería en el Choapa con todos los recursos que posee en el siglo XXI debiese mostrarse más empática con los equilibrios medioambientales y el respeto por las comunidades. Hoy existen zonas en la provincia con importantes índices de polución y contaminación, con escasez hídrica provocada por factor antrópico, que ha obligado a las personas a mendigar aljibes y a las empresas a buscar otras fuentes de agua – y no han visto nada mejor que el mar- lo que abre incógnitas sobre las consecuencias de la perforación industrial del borde costero y su impacto en la flora, fauna marina y cultura pesquero artesanal, con la consiguiente baja en las diversas pesquerías.

También tenemos una importante destrucción del arte rupestre y la erradicación de miles de piezas de materialidad histórico-arqueológicas con destino a La Serena para estar en bodegaje. Una falta de respeto a todos nosotros, los choapinos. Y esta conducta agresiva por parte de una empresa no se había observado nunca de parte de la minería. Entonces, es lógico que existan suspicacias con respecto a proyectos que dividen y destruyen, en vez de construir.

En otras palabras, el discurso de “progreso” que haría palidecer al mismísimo Aristóteles, no se condice con la praxis. Y no puede existir desarrollo real sin respetar a las comunidades locales, sus tradiciones, culturas e historias.

Ahí está el gran desafío que tiene la megaminería en Choapa con respecto a ser considerada como “buen vecino” y no un invasor.

¿Cuál es la mirada productiva que debiera tener Choapa?

Una mirada centrada en la innovación e introducción de tecnologías amigables con el medioambiente-incluyendo a la minería- con una economía diversificada y sustentable, que permita que Choapa no sea solo un nombre en el cartel carretero, sino también, sinónimo de empresas con marcada responsabilidad social, con apoyo desde el Estado a las pequeñas y medianas empresas; una agricultura sólida con productos de calidad y sello de origen; emprendimientos que creen empleos para la población local, den confianza y sean ejemplo de buenas prácticas.

Es un proyecto viable, en la medida en que confiemos como Estado y región en el desarrollo integral de los territorios, más allá de las cifras macro o sistemas mono-productivos.

Hoy en día existen ciertos ejemplos que nos permiten soñar con un Choapa potente.

Como profesor e investigador ¿Tenemos real conciencia sobre el valor de nuestra riqueza patrimonial?

De a poco se ha ido abriendo un espacio de debate en torno a nuestro rico patrimonio material e inmaterial. Sin duda, falta mucho camino por recorrer. Pero si hacemos parte a las personas del proceso de autoidentificación y autorreconocimiento, de la importancia que tenemos en la construcción de sociedad, habrá mayor respeto y vinculación con nuestra historia común y nuestro papel en el espacio físico que habitamos.

Por otra parte, si seguimos permitiendo la destrucción de nuestro patrimonio de todo tipo, como lo fue El Mauro o los puentes ferroviarios de Tilama, rayando o demoliendo edificios patrimoniales o botando basura en nuestra costa o bosques milenarios, difícilmente podremos decir que tenemos identidad y con ello, no tendríamos el derecho a llamarnos pueblo. La destrucción afecta desde lo emocional a lo físico, nos convierte en anónimos y huérfanos, apátridas sin cuerpo ni alma, vacíos.

Por eso, hay que involucrar a las personas en el cuidado del patrimonio, que es de todos, incluyendo el natural como Chinchillas, Santa Inés, Conchalí o Quereo. En los barrios y el campo, en la oficina o en la faena también hay cultura y debemos ser capaces de visibilizarlos, ya que también forman parte de nuestro patrimonio y sus historias son tan importantes como cualquier otra.

Una cultura patrimonial ciudadana donde también se incorpore la gastronomía local, la música, las artes, turismo, las ciencias, el deporte y la vida saludable.

Hay nuevas autoridades en Choapa ¿Falta unión para definir una estrategia común?

Creo que faltan autoridades con liderazgo y credibilidad, que tengan un plan de gestión político-administrativo pensada desde el propio territorio. Con los años, nos hemos ido transformado en receptores de consultoras adictas al copy page, que en general, hacen su análisis desde una cómoda oficina capitalina, dificultando el trabajo de los servicios, ya que no siempre tienen la información veraz.

Claramente, desde la ciudadanía no se ve que exista una coordinación elemental de gobierno provincial del Choapa, capaz de diseñar programas que respondan a las problemáticas locales, sin esperar el llamado desde La Moneda.

Esa centralización de las decisiones es otra camisa de fuerza que impide el desarrollo humano real de nuestra región. Y es más grave cuando tenemos desafíos tan importantes por delante como el aseguramiento del agua para consumo humano, gestión integral de residuos, implementación de la Ley Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor (REP), alcantarillado y alumbrado público, energías renovables, interconectividad, apoyo a la mediana y gran agricultura y crianceros, reactivación del convenio de programación de caletas, planificación territorial, lucha contra la deforestación y recuperación de suelos, reducir la huella de carbono; salud, inclusión social, vivienda, educación, infraestructura y conectividad vial, sustentabilidad, seguridad, cooperación internacional, turismo, relaciones institucionales y diversificación económica y política regional de vida plena y apoyo al adulto mayor, entre otras áreas de trabajo en que el Consejo Regional puede aportar junto al Gobierno Regional y el Delegado Presidencial.

Una de las premisas de mi campaña es transmitir la idea de que es la acción política la que genera cambios duraderos y que solucionen de manera oportuna las problemáticas de los territorios que son múltiples y diversas.