El mayor gigante maderero de Canadá ha lanzado un ataque judicial a Greenpeace, ¡exigiéndole 300 millones de dólares!
Si se salen con la suya, codiciosas empresas de todo el mundo se sentirán legitimadas para silenciar a todos los que se opongam a sus prácticas destructivas. Pero iorganismos defensores cuentan con una herramienta para ponerles freno, según detallan.
“Lo único que le preocupa a esta empresa es amasar ganancias. Y algunos de sus clientes más importantes son editoriales de libros con un amplio historial de defensa de la libertad de expresión y un firme compromiso con la sostenibilidad”, dicen Allison, Antonia, Martyna, Bert, Alice y todo el equipo de Avaaz
Las principales editoriales del mundo se reúnen en unos días en un importante evento –” y juntos podemos desbordarlas con un llamamiento masivo para que se lleven el negocio a otra parte a menos que esta compañía maderera abandone el caso”, precisan.
“Este caso podría cambiar para siempre la forma en que se hacen campañas, dándole a las empresas un mecanismo para silenciar a grupos como Avaaz, y rienda suelta a las petroleras, a las empresas de explotación forestal y a las mineras para destruir nuestro hermoso planeta sin límites” agragan.
Ahora mismo, cada dólar cuenta para Resolute, cuyo precio en el mercado de valores se ha desplomado. Esta empresa produce papel para algunas de las mayores editoriales del mundo — compañías como Penguin y Harper Collins que se preocupan por su reputación — ¡y por los bosques!
Cada vez que sus clientes se han pronunciado en el pasado, Resolute les ha hecho caso. “Vamos a desbordar a importantes editoriales antes de la mayor conferencia librera del año, pidiéndoles que le digan a Resolute que retire la denuncia o se arriesgue a perder a algunos de sus principales clientes” señala Avaaz.
“Los miembros de Avaaz nos hemos enfrentado a compañías de todo el mundo — ¡y hemos ganado! Juntos, convencimos a la empresa textil Benetton de que pagara a las víctimas del desastre de Rana Plaza en Bangladesh, y fuimos más de un millón los que nos opusimos a Monsanto en Argentina. Ahora, uno de nuestros principales aliados está defendiendo que podamos seguir haciendo campañas contra empresas — ¡apoyémosles para detener a estos matones corporativos” enfatiza la organización ambiental internacional.
