El Índice de Precios al Consumidor (IPC) que en junio que anotó un incremento mensual de 0,9%, lo que representa una variación acumulada de 7,1% en lo que va del 2022 y un acumulado de doce meses de 12,5%, es sin duda una señal clara de cómo se refleja el costo de la vida en nuestro país y que es el resultado de diferentes variables que presionan el aumento sostenido en el nivel general de precios al consumidor.
Las causas de estas alzas se pueden visualizar en variables externas que inevitablemente afectan a la economía global. Recientemente Estados Unidos ha tenido bajas cifras de crecimiento y preocupa el escenario de una posible recesión técnica, lo que genera mucha incertidumbre a nivel mundial porque aumenta el valor de la divisa, y deprecia la moneda local; el supuesto es que el país norteamericano se recuperará primero que el resto de las economías afectadas. Otra variable necesaria de mencionar es la baja demanda de cobre desde los países compradores específicamente China lo que provoca menor ingreso de divisas.
También existen variables internas que aportan al alza del dólar, una ellas es la incertidumbre que provoca la discusión Constitucional, que a medida que se acerque al 4 de septiembre irá tomando mayor relevancia de orden político-económico. Asimismo, muchos cambios en políticas y reformas se deben considerar como una variable interna que provoca incertidumbre.
Ahora bien, llevando este análisis a la vida diaria de nuestras familias que ven a diario el aumento de los precios, principalmente de los productos y servicios importados sumado al alza del petróleo y combustibles, lo lógico es buscar soluciones que impacten en el corto plazo a la ciudadanía, pero no hay soluciones claras ante esta presión inflacionaria en Chile que fácilmente llegará a dos dígitos al cierre del 2022.
Recordemos que si los precios suben, aumenta el IPC y como la economía chilena es una economía indexada por la Unidad de Fomento U.F. los costos de dividendos, planes de salud, primas de seguros entre otros también suben en el corto plazo.
El escenario económico debería seguir con alta presión inflacionaria, probablemente apoyado por el alza de combustibles, la tendencia alcista del dólar y la incertidumbre; ¿qué podemos hacer?, proteger el dinero ante la depreciación invirtiendo en instrumentos financieros como depósitos en dólares o en UF, no dejar saldos sin movimiento en cuentas corrientes. Ahorrar en la medida de lo posible y evitar tomar créditos de consumo por los altos costos financieros que estos representan.
Hoy por hoy, la actitud mientras duren estas crisis debe ser fundamental para nuestra salud tanto financiera como mental.
Por Juan Alberto Rojas R., Ingeniero Comercial, académico UCEN Región Coquimbo