Finalmente las urnas hablaron y el candidato de extrema (extremísima para mi) derecha Jair Bolsonaro gana la presidencia de la República Federal de Brasil, con un primer cómputo que le arrojaría cerca de un 55% de las preferencias sobre el candidato del Partido de Los Trabajadores Fernando Haddad quien no superaría el 45% de los votos. En el marco de una de las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos y que viene a coronar una trama que se iniciaría con el Impeachment sufrido por la Presidente Dilma Rousseff el año 2016, el encarcelamiento de Lula Da Silva (quien contaba hasta antes de la prohibición con la mayoría de las preferencias) y el ascenso vertiginoso de la extrema derecha como opción electoral ante el hastío de la población de Brasil con la inseguridad y los escándalos de corrupción que trasuntan absolutamente todo su espectro político.
Cabe señalar que esta elección tiene algunas particularidades que vale la pena destacar y que presenta algunos otros símiles en el continente, y tiene que ver con el manejo de las redes sociales que más allá de presentar ideas o programas de campañas, se han colmado de lo que se apoda como ¨Fake News¨ o noticias falsas, con especial ahínco en la plataforma de mensajería instantánea de WhatsApp, en donde circulaban noticias en donde se denunciaban falsos ataques y golpizas hasta tales como de que el Partido de Los Trabajadores y su candidato avalaban leyes para rebajar la edad de consentimiento para celebrar matrimonio y así de paso legalizar de cierta manera la pedofilia (a ese extremo), y un sinfín de situaciones como estas.
Esto nos da una pauta hacia donde van las nuevas campañas en el futuro, basta manejar una gran cantidad de dinero como para poder publicitar y viralizar información, no obstante, esta sea o no verdadera para poder socavar la candidatura de tu oponente (miente miente que algo finalmente queda). Aunque no es nada nuevo con los fenómenos de EEUU y nuestro propio país en la presidencial anterior con “Chilezuela” (que igualmente se utilizó en Brasil y por bastante tiempo será la punta de lanza para atacar a la izquierda en las próximas elecciones).
Esto se refleja de manera tal ya que Bolsonaro no participó de los debates con los otros candidatos presidenciales, y la mayoría del tiempo se comunicó con sus votantes a través de las plataformas de Facebook, impensada estrategia hasta ahora para una campaña de tal envergadura, pero que sin duda rinde sus frutos el día de hoy.
Otro factor que apuntaló la candidatura de Bolsonaro, fue el ataque recibido en Minas Gerais en donde fue “gravemente herido”, esto sin duda, sumado a su discurso totalitarista y pro militar, llevó su popularidad a las nubes tomando en cuenta los niveles de inseguridad que tiene Brasil y que los anteriores gobiernos de izquierda no pudieron solucionar del todo.
Finalmente, como dice el refrán “otra cosa es con guitarra” y habrá que esperar a que Bolsonaro asuma formalmente la presidencia de Brasil para ver hasta donde se desarrolla su plan de gobierno con el ofertón hecho en materia de seguridad, de desprecio a las minorías tanto sexuales como raciales, sus discursos misóginos y anti derechos humanos y de privatización al extremo de todo aquello que sea público. Es de esperar que se respeten las garantías mínimas de las personas, así como el cuidado y vigilancia de parte de la oposición ante estos atropellos que se pueden empezar a suceder con este nuevo gobierno, pero se vaticinan vientos muy favorables para las políticas de Bolsonaro ante la mayoría conseguida en primera vuelta de sus adherentes en el parlamento.
Por Mathias Eyzaguirre Mendez, Asesor Jurídico, dirigente rural, emprendedor, ex candidato a concejal por la comuna de Los Vilos y a Consejero Regional por la provincia delbChoapa (PS)