Giro político en la DC: partido apuesta por la unidad oficialista y respalda a Jeannette Jara para La Moneda

En un vuelco significativo dentro del panorama político nacional, la Democracia Cristiana (DC) resolvió oficialmente entregar su respaldo a la candidatura presidencial de Jeannette Jara (Partido Comunista), consolidando así un pacto estratégico con el oficialismo de cara a las elecciones de noviembre.

La decisión, adoptada por un 63% de la Junta Nacional de la colectividad, no solo representa un apoyo a la exministra del Trabajo, sino también la opción de conformar una lista parlamentaria única con los demás partidos del bloque gobernante, marcando un paso concreto hacia la unidad del sector.

El respaldo a Jara se produce tras semanas de tensiones internas. Mientras dirigentes como el diputado Eric Aedo, los senadores Francisco Huenchumilla y Yasna Provoste, y diversas alcaldías ya se habían manifestado a favor de la candidatura comunista, figuras históricas del partido como Carmen Frei, Carolina Goic y Ricardo Hormazábal plantearon fuertes reparos, cuestionando una eventual “continuidad del Gobierno” en la figura de Jara.

El caso más emblemático de las divisiones internas fue el del exdiputado Matías Walker, quien advirtió que, de concretarse el apoyo a Jara, presentaría su renuncia a la colectividad, sumándose a otros disidentes como el senador Iván Flores y el expresidente Ignacio Walker, quienes también criticaron el rumbo político adoptado.

En contraste, la directiva nacional valoró la resolución como un gesto de madurez política. “Optamos por la responsabilidad histórica. Chile necesita unidad y certezas”, señalaron desde la mesa directiva, destacando el perfil social y dialogante de Jeannette Jara como factores clave para enfrentar la próxima etapa del país.

La exministra, por su parte, agradeció públicamente el respaldo y llamó a construir “una nueva mayoría progresista, amplia y transformadora”, tendiendo puentes con el mundo socialcristiano.

Con esta definición, la DC redefine su posición en el tablero político, alineándose formalmente con el oficialismo, lo que podría reordenar alianzas tanto en la presidencial como en las parlamentarias, dejando en evidencia las tensiones internas entre el sector más tradicionalista del partido y quienes apuestan por una renovación del bloque de centroizquierda.

La incógnita ahora es si esta jugada estratégica permitirá al oficialismo ampliar su base electoral o si, por el contrario, acentuará la fuga de militantes y liderazgos tradicionales que se resisten a un pacto con el PC.