Cuando éramos niñas, a la gran mayoría nos enseñaban – sin ninguna maldad – que las niñitas jugaban con muñecas y los niñitos con autos. Que las niñas no podían trepar los árboles y que era mal vist0 jugar a las peleas. De ahí nacen, frases como “Corres como niña”, “Golpeas como niñita”, “No llores, no seas niñita”… utilizándolas como un signo de debilidad y en algunos casos como un insulto a un niño. (Andrea Lobos, Jefa de carrera Técnico Deportivo de la Universidad del Pacífico)
Hoy, esta imagen de niña débil, frágil y rosada de las niñas ha dado paso a Campañas como #Mujernohaylímites, que busca incentivar la práctica deportiva – de cualquier deporte- por parte de niñas y jóvenes.
Y es en este punto, donde quisiera detenerme. En una sociedad en la que enfrenta como un problema ligado a la salud el excesivo sedentarismo de nuestro jóvenes, debemos admitir que resulta absolutamente necesario que, en los diferentes contextos de desarrollo, se respete la necesidad de movimiento en la infancia y ya desde los primeros años se empiecen a consolidar hábitos de actividad física y más aún si es ligado a un Deporte.
La invitación entonces, es a abrir espacios deportivos a niños y niñas por igual, aceptar que las disciplinas deportivas no están ligadas al sexo del participante y que para aprender, entrenar y conseguir resultados sólo hace falta la constancia, la rigurosidad, la capacidad de levantarse tras una caída y sobretodo poner el corazón en cada paso… y en eso las niñas y mujeres tienen un punto a su favor… el motor de sus sueños es poner el alma en cada desafío.
Hoy queremos entrenar y apoyar a las niñas, para que el día de mañana tengamos muchas más María Fernanda Valdés, Christiane Endler, Bárbara Riveros para Chile.
Y más que nunca, y con fuerza decimos #MUJERNOHAYLIMITES.