La instalación de estos modernos equipos que tienen países como Reino Unido, Francia, España, Dinamarca y Holanda, según la Ministra de Energía Susuna Jimenez, permitirá saber cuánto consume cada hogar o empresa a cada hora, abriendo espacios para optimizar el gasto y generar ahorros. Sin embargo una investigación de Ciper Chile reveló que nos obligarán a comprarlos, al igual pagar su arriendo a perpetuidad y supone aumento en las cuentas de luz.
La ministra de Energía, Susana Jiménez, destacó la instalación de medidores inteligentes en 6,5 millones de clientes de suministro eléctrico del país a 2025, ya que, según la Secretaria de Estado, tendrán múltiples beneficios para las personas.
Los medidores inteligentes forman parte de los sistemas de medición, monitoreo y control que deberán implementar las empresas distribuidoras, de acuerdo a la Norma Técnica para Sistemas de Distribución, dictada por la Comisión Nacional de Energía en diciembre de 2017.
La nueva normativa fija mayores exigencias en calidad del suministro eléctrico para los clientes, ya que incorpora estándares más exigentes de interrupciones de suministro, que de no cumplirse implican sanciones por parte de la Superintendencia de Electricidad y Combustible; exige la implementación de centros de atención de llamados para atender consultas, solicitudes y reclamos y establece la implementación gradual de sistemas de medición inteligente, con el objetivo de llegar al año 2025 a un 100% de cobertura, entre otras obligaciones para las empresas.
“Este nuevo sistema de medición, monitoreo y control tendrá múltiples beneficios para los clientes finales, como saber cuánto consume cada hogar o empresa a cada hora, abriendo espacios para optimizar el gasto y generar ahorros, conocer el consumo histórico, tener mayor precisión de los cobros efectuados, contar con menor plazo de interrupción, entre otros beneficios. Los clientes podrán administrar mejor sus consumos, con más información. También será la puerta para habilitar la medida de su propia generación de energía en caso de aprovechar las ventajas de la generación distribuida”, señaló la ministra de Energía, Susana Jiménez.
La autoridad de Energía destacó que Chile “es pionero en América Latina con este moderno sistema de medición, que utilizan Reino Unido, Francia, España, Dinamarca y Holanda”.
Señalar que el cambio en la propiedad de los medidores surge a partir de la Ley 21.076 de febrero de 2018, que establece que “el empalme y el medidor son parte de la red de distribución y, por tanto, de propiedad y responsabilidad de la concesionaria del servicio público de distribución o de aquel que preste el servicio de distribución”.
La Titular de Energía puntualizó que este cambio tecnológico, que incidirá en la calidad del servicio eléctrico, tiene asociado un mayor costo, el cual debe ser considerado en el proceso tarifario, pero no implicará una mayor rentabilidad para las empresas distribuidoras, que está regulada por la Ley General de Servicios Eléctricos.
Para efectos de calcular las tarifas también se considerarán los ahorros producidos por la implementación de este moderno sistema. Todo ahorro que haga la empresa distribuidora gracias a disponer de estos medidores será especialmente reconocido y trasladado a rebaja tarifaria.
Se estima que la inversión requerida para instalar en 6,5 millones de clientes entre Arica y Magallanes el sistema de medición, monitoreo y control (no sólo los medidores) será del orden de US$1.000 millones que, al igual que todos los activos necesarios para cumplir con los estándares exigidos (como postes, transformadores, entre otros), son reconocidos en la evaluación de costos y determinación de tarifas.
El Ministerio de Energía y la Comisión Nacional de Energía aseguran que tomarán todas las medidas “para garantizar que estos nuevos equipos de medida cumplan con los más altos estándares de eficiencia y calidad en sus funciones, lo que será fiscalizado por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC)”.
La otra cara de la moneda
Sin embargo, Una investigación de Ciper Chile reveló la estafa detrás de la instalación de los llamados “medidores inteligentes”. Estamos hablando de medidores innecesarios, con supuestas ventajas que han sido refutadas por expertos, que aumentarán el precio de las cuentas de la luz, y donde las empresas eléctricas obligarán a comprarlos, con el detalle de que después de igual manera nos seguirán cobrando su “arriendo” a perpetuidad. Parte del artículo detalla:
Dentro de los próximos siete años las compañías distribuidoras de energía reemplazarán por “dispositivos inteligentes” todos los medidores de consumo de electricidad que hasta ahora eran propiedad de cada cliente. El cambio tecnológico tendrá un costo aproximado de mil millones de dólares –según cálculos de la Comisión Nacional de Energía (CNE)- y lo deberán asumir los clientes a pesar de que el nuevo medidor será de propiedad de la compañía. Más de seis millones de máquinas serán instaladas en hogares, oficinas e industrias, abriendo un nuevo capítulo en la historia de seres humanos reemplazados por robots: ya no será necesario el trabajo de la persona que mide el consumo en terreno y tampoco el de las cuadrillas que cortan y reponen la energía. Una vez instalados los nuevos medidores, todo se hará de manera remota.
Asimismo, explica que el principal beneficio que traerá consigo esta nueva tecnología para las compañías del rubro, es que no asumirán el costo de esta gran inversión. Puede que usted no lo haya advertido, pero desde septiembre de 2018, la cuenta de electricidad que paga cada cliente comenzó a incluir el cobro por estos nuevos aparatos. Para definir cuánto se debía cobrar en las tarifas por este cambio, la Comisión Nacional de Energía encargó un estudio en octubre de 2017 a un consultor externo: Inecon. Lo relevante es que los cálculos se hicieron en base a las proyecciones de inversión entregadas por las propias compañías distribuidoras.
Según Ciper Chile, en septiembre de 2018, cuando fueron publicadas las nuevas fórmulas tarifarias, el gobierno celebró con bombos y platillos la baja de un 7% en las cuentas de la Región Metropolitana (RM), gracias a los precios más económicos de la energía. Pero, lo cierto es que para el resto de las regiones aumentó y en la RM la baja pudo haber sido aún mayor, ya que el recambio tecnológico aumentará las cuentas hasta en un 5% cada año para solventar esta inversión.
En Chile, históricamente el medidor y el empalme han sido propiedad del cliente. Al menos hasta principios de 2018, el 70% de los medidores era propiedad de los usuarios. Lo mismo ocurría con más del 84% de los empalmes: las instalaciones que van desde los postes hasta el medidor. La CNE definió que la propiedad debía pasar a las compañías distribuidoras de electricidad. Y determinó que los nuevos medidores debían cumplir ciertos requisitos y compartir las mismas características en todo el territorio. En este punto el Congreso jugó un papel clave: la Ley 21.076, que se aprobó en enero de 2018, estableció que medidores y empalmes pasarán a ser propiedad de las empresas y los usuarios deberán pagar por esos dispositivos a través de las tarifas.
Esa ley fue el trámite indispensable para que se pudieran expropiar los medidores masivamente sin indemnizar a los clientes y para que los empalmes pasaran también a ser propiedad de las compañías. Con este cambio legal es el propio Estado el que está legalizando el monopolio de medidores y empalmes en manos de las empresas distribuidoras, ampliando los márgenes del negocio que hasta ahora solo consideraba la venta y distribución de energía.
¿Ventajas o desventajas para los clientes?
En teoría, la gran ventaja para los usuarios será que, frente a un corte de energía imprevisto, la empresa podrá identificar y aislar remotamente el origen del problema. Pero el anuncio es refutado por los expertos consultados por CIPER. Estos afirman que, si el corte se produce, por ejemplo, porque se cae un transformador, los medidores quedan de inmediato incomunicados para enviar una advertencia del corte. Sin suministro eléctrico, para que los “medidores inteligentes” pudieran enviar señal, debieran contar con un mecanismo de respaldo para alimentar el sistema de comunicación. Y si el medidor no tiene cómo comunicarse con su estación base, no es infalible, se ha promocionado con atributos que no tiene.