El proyecto FreshWater permite llevar agua purificada hasta zonas aisladas o donde es de mala calidad. En nuestro país ha beneficiado a más de tres mil personas que no tienen acceso a agua potable.
Santiago, abril 2018.- El próximo 24 de mayo se realizará la final global de Chivas Venture, competencia de startups que entrega US$ 1 millón en fondos al emprendimiento social más prometedoras de todo el mundo, donde nuestro país estará representado por el proyecto FreshWater, tecnología que permite convertir el aire en agua y llevarla a zonas extremas o donde no es de buena calidad.
Años atrás, Héctor Pino, ingeniero forestal, necesitaba encontrar un sistema para purificar agua para ayudar a su hija que tenía problemas renales y no podía tomar agua con sodio. Investigando, encontró tecnología militar israelí que podía convertir el aire en agua y fundó FreshWater.
Esta tecnología permite obtener agua del aire, acelerando el ciclo natural del agua, al capturar la micro partícula de agua del ambiente y transformarla en una nube y lluvia, que pasa por un proceso de filtrado, purificación y esterilización, obteniendo entre 9 y 28 litros de agua por día.
“Decidí fundar FreshWater porque gracias al agua purificada, mi hija pudo mejorar su salud y estilo de vida. En ese periodo me di cuenta que no es justo que tantas personas en el mundo no tengan acceso a agua de calidad y nuestra misión es poder llevar este beneficio a todos los que lo necesitan”, asegura Héctor Pino.
En Chile Freshwater ha dado agua purificada a más de 3.000 personas, reduciendo los costos de su compra y ralentizado los viajes de transferencia para obtenerla.
Para llegar a la final global, FreshWater se impuso en la final nacional de Chivas Venture, realizada durante el festival FiiS en diciembre pasado, a cuatro destacados proyectos: DAS8, Nulight, Lazarillo y TLcuidado.
En la final global de Ámsterdam, FreshWater competirá con 28 emprendimientos sociales de todo el mundo, buscando repetir la hazaña que consiguió la empresa social chilena Algramo, de José Manuel Moller, que se quedó con la victoria en 2014, obteniendo el premio mayor de un millón de dólares para desarrollar su proyecto.