Francisca Barraza (36) es salamanquina, madre de Gabriel (9) y técnico agrícola nivel superior. Su historia arriba de un camión de extracción (CAEX) se encaminó luego de conversaciones con amigos y de la inestabilidad laboral que trajo la sequía. Con más motivación que conocimiento, en 2020 ingresó a Minera Los Pelambres, donde hoy busca continuar su desarrollo como operadora de perforadora junto a otras 3 mujeres del Choapa. “Estaba muy convencida de tomar el desafío y de ver a una mujer operando esos tremendos equipos”.
Salamanca, 06 de julio de 2023.- Imagine tener bajo su control un equipo con un peso superior a las 600 toneladas y al cual debe sumar continuamente otras 300 toneladas de carga. La diferencia es significativa si consideramos que un vehículo de calle promedio pesa cerca de 2 toneladas. Las dimensiones antes descritas corresponden a un camión de extracción utilizado en la minería, también conocido como CAEX, y que transporta la roca con mineral hasta la zona de chancado. Una persona que conoce bien de cerca esta actividad es Francisca Barraza, joven mujer de la provincia de Choapa que decidió sumarse a este enorme desafío.
“Siempre me llamó la atención la operación de CAEX, y luego de una segunda postulación, logré quedar. Pasé la entrevista, el proceso de formación como aprendiz y aquí estoy ahora, operando en Minera de Los Pelambres”, cuenta Francisca, oriunda de la localidad de Llimpo, en la comuna de Salamanca.
Ingresó en noviembre de 2020 mediante el programa “Aprendices Mina”, iniciativa impulsada por la compañía para formar a nuevas y nuevos operadores. “Éramos 20 mujeres para operar CAEX, todas de la región de Coquimbo. Recuerdo que antes de concretarse el ingreso, me convencí de que esta era mi oportunidad. Renuncié a mi trabajo y me incorporé al programa sin nada de experiencia. El único conocimiento que podría tener era una visita en la que participé años antes cuando trabajaba en el Servicio Agrícola y Ganadero”, cuenta.
Francisca estudió en la escuela básica de Llimpo, para continuar en el Liceo Agrícola Christa Mock de la comuna de Nogales, donde se recibió como técnico agrícola. Lejos de conformarse, continuó en el instituto Santo Tomás de Viña del Mar, cerrando el ciclo con su título de nivel superior antes de ingresar formalmente al mundo laboral.
“Trabajé más de 10 años en el rubro agropecuario, tanto en el sector público como privado, pero principalmente a raíz de las consecuencias que trajo la sequía al mundo agrícola, las oportunidades de desarrollo fueron cada vez menos. Entonces miré otras opciones y vi una noticia de que había ingresado un grupo de mujeres al área mina de Los Pelambres. Eso me motivó mucho, averigüé cómo era el proceso y postulé”, detalla.
A sus 36 años, Francisca es madre de Gabriel (9) y se las arregla para que el trabajo sea compatible con la maternidad. Para ello, su madre, Jacqueline Saavedra, como tantas madres en el país, cumple un rol fundamental. “Los siete días que me voy, tengo el apoyo de mi mamá para ver a mi hijo Gabriel. El papá también está con él los fines de semana. Fue un cambio difícil, incluso cuestionado en su momento porque estaba iniciando un camino hacia algo que no conocía y donde se sumaban una serie de preocupaciones, como trabajar bajo condiciones climáticas difíciles, sobre todo en el período invernal”, cuenta Francisca.
Trabaja en turnos 7×7 y se mueve por las distintas fases y bancos del rajo de Los Pelambres, a veces de día, a veces de noche, según el turno asignado. Inducciones y charlas de seguridad complementan una rutina que ya cumplirá tres años y que se alista para cambios importantes. ¿Por qué?, “ahora postulé para ser operadora de equipos de perforación o perforista. Nunca tuve miedo, al contrario, estaba muy convencida de tomar el desafío y de ver a una mujer operando esos tremendos equipos”.
Sobre el interés de asumir el desafío de perforación, que hoy comparte junto a otras 3 mujeres de la provincia de Choapa, agrega que “es una labor que me interesó nuevamente porque no había mujeres ahí. Se escuchaban varios mitos, que era más complejo, que los equipos eran más pesados, que era una pega más bruta porque no solo hay que operar los equipos, sino también desarrollar otras labores, pero postulé con toda la motivación. Me fue bien, quedé. Como dicen el dicho, el que no se arriesga, no cruza el río”.
Sin duda experiencias como la de Francisca son sinónimo de motivación para tantas otras mujeres que buscan incursionar en minería, incluso sin tener experiencia o formación en el rubro. “Invito a los vecinos, principalmente a las mujeres, a ser parte de Minera Los Pelambres. Sé que puede ser más difícil para nosotras que somos madre si no tenemos una red de apoyo, pero es una muy buena oportunidad desarrollarse en minería y no tan solo como operadora de CAEX, sino también como operadora en otras áreas como Planta, Puerto y Tranque. Las mujeres podemos, así que esperamos abrir puertas para muchas más”.