El reciente reportaje de CIPER Chile y LaBot, junto a 150 medios, que reveló que la familia Piñera selló la compraventa de la Minera Dominga en las Islas Vírgenes Británicas, conocidas por ser un paraíso fiscal, le hacen un flaco favor a la imagen y confianza que los chilenos tienen en el Gobierno, así como de las instituciones del Estado, en general.
En efecto, según el reciente Ranking ICREO 2021, desarrollado por la consultora Almabrands, mientras la confianza en las empresas chilenas sube de un 37% en 2015 a un 54% en 2021, y el de las ONGs y Medios de Comunicación presenta fluctuaciones en torno al 50% en igual período de tiempo, el del Gobierno presenta una caída estrepitosa de un 52% a un 31% (siendo eso sí el peor año el 2020 con un 26%).
“Pandora Papers es un tema que recién comienza y que sin duda, llevará a que, hoy, el Gobierno presente una nueva baja en confianza, instalando una fuerte tensión entre lo legal y lo ético a menos de dos meses de una elección presidencial. Esto instala nuevas exigencias para los candidatos quienes tienen el desafío de aportar a la reconstrucción de la débil confianza del gobierno y sus instituciones”, indica Pamela Órdenes, socia y consultora senior de Almabrands.
Ahora bien, no solo las cifras del Gobierno son poco halagüeñas. Según el estudio, la confianza en ministros, diputados y senadores es de las más bajas dentro de los funcionarios públicos -y dentro de todas las instituciones evaluadas en su totalidad-, no superando un 5% en parámetros como Transparencia y Responsabilidad. Los constituyentes y alcaldes tienen una recepción algo más positiva, sobre todo en lo que respecta a Empatía, Respaldo y Cercanía, pero en ningún indicador se llega al 20%.
El estudio considera una muestra de 2.831 personas consultadas entre el 23 de julio y el 12 de agosto, y en donde la confianza se mide en 5 dimensiones: Honestidad / Transparencia (dicen la verdad, no ocultan información), Responsabilidad (cumplen lo que prometen y se hacen cargo de sus errores), Empatía (preocupación verdadera por los intereses de las personas), Respaldo (trayectoria que da seguridad y respaldo) y Cercanía (cercanas y accesibles). Las tres primeras dimensiones señaladas hablan de la ‘nueva confianza’ para los chilenos, teniendo una relevancia y peso mayor en la construcción de confianza que las otras dos que se relacionan más bien con una confianza tradicional.
Los candidatos y el tercio de los chilenos
Respecto al desempeño de acciones para generar confianza por parte de los candidatos presidenciales, todos aparecen muy alejados del óptimo.
Llama la atención que una gran cantidad de personas (44%) señala la opción “Ninguno” cuando se les consulta por dos ítems: “Ha sabido marcar una diferencia, es un aporte a la reconstrucción de la confianza en política” e igual porcentaje para “Tiene la preparación suficiente para guiar los cambios que el país necesita”.
Para todos los otros ítems, más de un tercio de los chilenos (entre 34 y 39% de los encuestados) considera que ninguno de los candidatos presidenciales cumple con: “Demuestra interés y plantea ideas para enfrentar la incertidumbre”, “Puede conversar con cualquier persona, entendiendo sus puntos de vista y preocupaciones”, “ Valora y respeta la diferencia, sin descalificaciones y promueve el valor de la diversidad”, “Propone generar cambios a través del diálogo y no desde la confrontación, buscando integrar diferentes posturas”, “Sus propuestas miran hacia el futuro, buscando desarrollar un mejor país a los que vienen” y “Tiene una mirada crítica y comprensiva de lo que necesita el país hoy”.
Si bien existe un gap importante entre los indicadores de confianza ideales y los resultados que arroja la encuesta, hay matices entre ellos, siendo Gabriel Boric quien lidera, seguido de Sebastián Sichel, Yasna Provoste y José Miguel Kast.
Profundizando en los temas que, hoy., son claves para construir confianza en el mundo político, el abanderado del Frente Amplio tiene sus indicadores más altos en cuatro acciones: “Valora y respeta la diferencia, sin descalificaciones y promueve el valor de la diversidad” con un 39%, “Puede conversar con cualquier persona, entendiendo sus puntos de vista y preocupaciones” (37%), Propone generar cambios a través del diálogo y no desde la confrontación, buscando integrar diferentes posturas” (37%) y “Sus propuestas miran hacia el futuro, buscando desarrollar un mejor país a los que vienen” (37%).
Su valoración se ubica entre 30 y 39% en todas las consultas, salvo en “Tiene la preparación suficiente para guiar los cambios que el país necesita” (24%). Por su parte, Sebastián Sichel en todas las consultas anteriores se ubica entre 21 y 27%, Yasna Provoste, entre 10 y 14%, y José Miguel Kast entre 5 y 9%.
Por Christian von der Forst A., Socio y Director de Comunicaciones