Artistas chilenos comentan sobre las repercusiones de la pandemia en el
rubro musical.
Desde el inicio de la pandemia por COVID-19, gran parte de los sectores de
trabajo se vieron afectados por las repercusiones económicas de la crisis sanitaria
y el área cultural no ha sido una excepción. Dentro de este rubro, los artistas
musicales han tenido que reinventarse y adaptarse a las nuevas condiciones y
herramientas, realizando conciertos online y trabajando desde casa. Asimismo,
muchos de ellos han tenido que alejarse de la música y adentrarse en otro tipo de
trabajos para poder conseguir ingresos. Según la Asociación de Funcionarios del
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, actualmente el 50% de los
trabajadores del arte se encuentra inactivo en Chile y apenas el 2% de ellos pudo
cobrar el seguro de cesantía.
Son muchos los músicos chilenos que han tenido que adaptarse a nuevas
condiciones de trabajo, llevándolos a problemáticas económicas. Según una
encuesta de la Industria Musical Independiente de Chile (IMI) cerca de un 91% de
los encuestados ha cancelado eventos o producciones debido a la pandemia; un
86,7% suspendió giras o misiones internacionales; y un 55,6% dijo que estas
cancelaciones implican gastos. Un panorama dramático para todos aquellos que
se desempeñan y sustentan de este rubro, según precisa Bárbara Negrón, directora ejecutiva del Observatorio de Políticas Culturales (OPC) a Radio UChile “El impacto entre los artistas ha sido enorme, porque la mayoría ya estaba en una situación de informalidad laboral, porque en su mayor parte boletean y no tienen contrato”
Alejandro Cortés, músico concertista y compositor chileno, con más de 17 años de experiencia, explica cómo le ha afectado la pandemia y cómo tuvo que
reinventarse para poder continuar haciendo lo que ama.
¿Cómo ha sido su experiencia antes de la pandemia?
Antes de la pandemia tenía varios proyectos, había llegado de Alemania, donde había realizado una gira de conciertos, con música propia. También, había hecho clases en
Europa. La verdad, todo estaba bien. Además, tenía planificado ir a Brasil a dar un concierto. Tenía hartas actividades con un sostén económico importante, ya que todas estas actividades eran pagadas. A pesar de que me dedico a otras cosas, como la Gestión Cultural y otros trabajos en equipo, la música también me generaba recursos. Podía viajar, aprender y conocer a otras personas, todo era
más dinámico.
¿Cuáles fueron las alternativas que tuvo que tomar para enfrentar la pandemia?
Lo primero que hice fue cancelar, Brasil se canceló completamente. Lo cual también afectó a aquellos a los que le daba empleabilidad, como lo fueron otros músicos y bailarines. Así que hubo que comenzar de nuevo desde cero y repensar la forma en cómo nos desarrollamos. Además, tuvimos que reinventarnos con las tecnologías tratando de levantar otros espacios, como los conciertos por Zoom. Sin embargo, hoy las tecnologías, las que nos sirven a nosotros que tocamos de forma acústica, no están muy bien adaptadas al mundo online, perdiéndose un poco la calidad del video y del sonido.
¿Cree que los músicos han recibido apoyo suficiente por parte de las
autoridades?
Se han hecho actividades y convenios, pero muy forzosamente. Lo que sucede es
que, aunque hemos hecho convenios importantes, falta esa permanencia en el
apoyo, por ejemplo, un llamado telefónico, que se note la preocupación y que exista un seguimiento a los músicos que están viviendo al cien por ciento en la música. Creo que el problema siempre ha sido la centralización, por ejemplo, como sucede con el Fondo de la Música, el cuál creo yo, es urgente que cambie. Este es un fondo nacional, sin embargo, el niño que vive en una pequeña localidad, que no ha podido estudiar, ni ha ido a la capital, pero toca muy bien, tendrá que competir con personas que estudiaron en conservatorios de Santiago, con un currículum que ellos no pueden tener. Es así, que creo que debe existir la focalización territorial, para que cuando se abra un fondo para postular, las personas puedan hacerlo de acuerdo a las exigencias y formas de su propio territorio, donde no tengan que competir con otras realidades que no los representan y no se genere esta
avalancha de desigualdad.
¿Qué cree que podría ayudar al rubro cultural y musical en estos días?
Creo que lo que más podría ayudar sería que las autoridades estén cerca de
nosotros, no haciendo una ayuda puntual, sino que una que sea sostenida en el
tiempo. Creo que los problemas se podrían solucionar con un poquito más de
permanencia. Todo esto junto con la focalización de los fondos por territorio, la
distribución de los recursos y el no dejar todo a la concursabilidad.
¿Cuáles son sus proyectos futuros como músico frente a esta “nueva
normalidad”?
Yo quiero seguir haciendo música. Ahora estoy subiendo videos a mis páginas, de
obras de otros compositores y pronto, espero subir mis propias composiciones.
Trataré de auto gestionarme y auto producirme para no perder el hilo. Además,
espero que podamos llevar a cabo el Festival de Música en la Patagonia, a través
de la modalidad online, como lo hicimos el año pasado. A veces faltan los recursos
para el equipamiento de sonido, pero intentaremos lograrlo de la mejor manera.
También, esperamos poder tocar en vivo nuevamente, respetando las medidas de
distanciamiento.
Efectos en la salud mental
La cultura y música durante la pandemia, no solo influye a los artistas, sino que
también al público que no ha podido disfrutar de actividades culturales que
benefician el estado anímico y mental. Según el último informe del Global Council
on Brain Health (GCBH), “Music on Our Minds”, la música genera un efecto
positivo en el bienestar emocional, incluida la mejoría del estado de ánimo, la
disminución de la ansiedad y el manejo del estrés. Respecto al vínculo de la
música y el cuidado de la salud, Eduardo Sitja, bajista autodidacta y educador, comentó sobre la forma en que ha llevado a cabo sus talleres online “con la llegada de la pandemia impulsé aún más el enseñarle a la gente a respirar bien y
poner la mente de manera correcta para ello, los ayudo a tocar el instrumento, pero en el fondo lo que hago es enseñarles a tener el control sobre su cuerpo como si fuera el instrumento”
La música y otras artes constituyen un rol importante para digerir de mejor forma
una situación como la que se está viviendo alrededor del mundo, en donde la falta
de contacto directo con otras personas ha afectado el bienestar de la población.
Es así, que los artistas exigen el apoyo de las autoridades, para crear espacios de
recreación musical en vivo, recalcando lo eficaz que es la música para poder
aliviar el estrés y ansiedad en la mayoría de los oyentes.
Disconformidad con las medidas del Gobierno
Durante el mes de febrero, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio,
realizó un comunicado, dando a conocer el Ingreso Familiar de Emergencia o
Bono Covid, como una de las nuevas alternativas que podría ayudar a las
personas dedicadas al rubro de las artes, sin embargo, esta medida fue aplicada
para todo tipo de trabajador en el país y no forma parte de una iniciativa exclusiva
pensada para artistas. Pese a la cantidad de músicos que quedaron inactivos
producto de la pandemia, el actuar de las autoridades no parece ser suficiente
para quienes se dedican o viven del rubro de las artes, generando debates al
respecto. Rodrigo Osorio, Vicepresidente de la Sociedad Chilena de Autores e
Intérpretes Musicales (SCD) y vocalista de la banda Sinergia, señaló a la radio Rock and Pop “El Estado nos está desestimando. No se está pensando en lo
importante que es la música en la salud mental y física de un país”.
Por otro lado, también han surgido algunas ideas de cómo aplacar esta
problemática. Eduardo Sitja, alude a la correcta distribución de contenidos en la
programación de los medios de comunicación como una de las iniciativas que
puede ser efectiva, comentando que “Lo que podría ayudar es que entre medio de
los espacios televisivos haya vitrinas de programas culturales, en ese sentido, no
vi algo nuevo en la tele que no estuviera antes de la pandemia, en la
programación no ha habido cambios. Tal vez la real solución no solo sea que nos
den plata para surgir, sino más visibilidad en la tele”.
Aunque el panorama para los músicos parece ser crítico a pesar de la relevancia
de su trabajo para la población, Alejandro Cortés y otros artistas, creen en la
posibilidad de mejorar el tipo de ayuda otorgada por el Estado y también, utilizar
otro tipo de recursos que den pie a una mayor visibilidad al trabajo que realizan.
Cortés, insiste que “los problemas se podrían solucionar con un poquito más de
permanencia. Todo esto junto con la focalización de los fondos por territorio, la
distribución de los recursos y el no dejar todo a la concursabilidad”. Ideas como
estas, podrían ayudar a enfrentar de la mejor manera posible la dura realidad que
viven los artistas musicales en todo el país.
Por las estudiantes de periodismo:
Damari Altamirano Molina Francisca Miranda Ortega