Región Gabriela Mistral

A los usurpadores que impulsaron la Biblioteca Regional Ni Gabriela Ni la historia los absolverá

Los que hemos leído a Gabriela Mistral, sabemos que su paso por La Serena fue ingrato, muchas y muchos la humillaron. Algunos también la apoyaron, pero como siempre en Chile, fueron los menos. En una carta se refirió a la ciudad, señalando “…es tierra vanidosa donde estamos mal los que creemos en la igualdad humana, y es tierra de falso catolicismo”. No andaba nada lejos del espíritu hipócrita y doble estándar que caracteriza a parte de sus habitantes, que dicen una cosa, y terminan haciendo otra, con la mejor de las sonrisas. Todo aquello de cara a la prensa, sin rubor ni atisbo de culpa alguna.

De La Serena, solo los huertos de sus coloniales casas se salvaron de la crítica de la maestra, intelectual, escritora y poeta universal. Y para mantener la tradición serenense de oprobios infligidos a su persona, hace un tiempo sin siquiera levantar una bandera chilena, tan propia de las tomas de terrenos,  así como en el huerto de Getsemaní, entre la DIBAM y el Municipio literalmente se tomaron su Casa Quinta comprada para otro destino. Ya sabemos, los que sabemos, instalar allí una granja escuela, y con la autoridad ingenua que otorga la ignorancia reinante, tomaron la nefasta decisión de instalar allí la tan cacareada Biblioteca Regional. Entonces, dónde quedará, allí viva, la fuente más profunda del pensamiento mistraliano, ella lo señala con claridad, “Toda cultura empieza por la tierra”, allí se aprende el humanismo de los pueblos antiguos. En su lugar aparece un horrible cuadrado de cemento sin escala ni lenguaje arquitectónico con la Casa Gabriela Mistral. Y como corolario de la bofetada a su memoria, aparece en la prensa, la noticia del acuerdo de la DIBAM y del Municipio de La Serena que espera convertir a la Casa Gabriela Mistral en un pasadizo hacia el adefesio de Biblioteca Regional que con la ignorancia tan nuestra enorgullece a muchos. Antes al menos se tenía la Casa Gabriela Mistral como único patrimonio del espíritu de las tres “Lucilas” que allí moraron, Petronila, su madre, Emelina, su hermana, y Lucila, nuestra Gabriela, que en 1945 reinó en Estocolmo. Ahora con suerte se pretende sea un corredor que conecte con esta Biblioteca Regional, que con los $ 10.000 millones invertidos hubiera permitido financiar muchísimas bibliotecas, a lo largo y ancho de la Región, que por gratitud a la gran maestra y poeta, que paseó con esplendor sin igual el nombre de Chile por América y el mundo, ya debiera llamarse  Región Gabriela Mistral. Y todo este agravio inexcusable ocurre a vista y silencio de todos. Comprensible en los ciegos y cortos de entendimiento. Imperdonable en los mistralianos profesionales, silentes y acojonados, no sabemos frente a qué amenaza real o infundada. Tal vez tampoco ellos, se salvarán de la mirada fustigadora y eterna de nuestra más esclarecida conciencia espiritual.

Como Instituto América Gabriela Mistral, no cejaremos en impulsar ante las más altas autoridades la creación de una Fundación, plenamente autónoma, a la cual se transfiera todo el patrimonio material de inmuebles y documentario relativo a su vida y obra. Dirigida por personas leídas de su obra, que la amen de verdad, y con plena conciencia de lo que para la región y el país significa su palabra viva, cada día más necesaria para iluminar los viejos problemas de ayer y hoy. Una ruralidad abandonada a su suerte; la infancia vulnerable en la orfandad más aciaga, y la ardua lucha por establecer los derechos de la mujer a la educación, al trabajo, a desarrollar su vida plenamente, como ella lo señalara “de lo que dictara su inteligencia, su razón y su alma”.

Como ni Gabriela ni la historia los absolverá por no respetar la intención original con la cual compró dicha Casa Quinta, surge de todo mistraliano de corazón realizar una magna obra de expiación en su territorio amado. Acudiremos entonces a las gentes y autoridades del alto valle de Elqui, para allí materializar su deseo con la construcción de una réplica de la Casa Gabriela Mistral, y una Escuela Huerto,  ejemplo de América, donde delegaciones de estudiantes puedan realizar breves pasantías donde se empapen del pensamiento mistraliano, referido a la relación del hombre y la naturaleza, fuente de toda salvación y crecimiento de la Humanidad futura.

(Por Rodrigo Marcone,   Instituto América Gabriela Mistral)