SpaceSail, la empresa de internet satelital China que compite con Starlink

China dio un paso importante en la competencia tecnológica global con SpaceSail, su empresa de satélites de órbita baja, al firmar un acuerdo para ingresar al mercado brasileño. Este avance se produce en medio de la visita del presidente chino Xi Jinping a su par latinoamericano, Lula da Silva, tras la cumbre del G20 desarrollada en Río de Janeiro.

SpaceSail estableció una alianza estratégica con Telebras, la empresa estatal de telecomunicaciones de Brasil. Según informó Reuters, el objetivo es claro: ofrecer servicios de comunicación satelital e internet de banda ancha a lo largo del país latinoamericano, especialmente en áreas remotas. Este desarrollo marca el inicio de las operaciones internacionales de SpaceSail y representa un desafío directo al dominio de Starlink, el servicio de internet satelital de SpaceX liderado por Elon Musk.

La tecnología detrás de SpaceSail

Los satélites de órbita baja (LEO, por sus siglas en inglés) son el núcleo de esta nueva competencia con Starlink y Elon Musk. Operan en altitudes entre 300 y 2000 kilómetros sobre la superficie terrestre, lo que les permite ofrecer transmisiones más eficientes y a menor costo en comparación con los satélites de órbitas más altas.

SpaceSail basa su servicio en la constelación Thousand Sails, diseñada con un enfoque de multi-frecuencia, multi-capa y multi-órbita. Este despliegue tecnológico busca replicar el modelo exitoso de Starlink, que cuenta con más de 6000 satélites operativos en todo el mundo. China, que actualmente tiene 1059 satélites en órbita (492 de ellos de carácter comercial), está acelerando su desarrollo en este campo con la intención de crear mega-constelaciones que puedan competir en el mercado global.

Impacto del acuerdo en Brasil

Según le comentó el ministro de Comunicaciones, Juscelino Filho, a CNN Brasil, SpaceSail presentó un plan de inversión global de entre US$8000 y US$10.000 millones, con una previsión de invertir cerca de US$1000 millones en Brasil en los próximos años. El proyecto incluye la construcción de entre siete y once telepuertos en diferentes regiones del país. Luego, agregó que el memorando firmado entre SpaceSail y Telebras busca garantizar que la población tenga acceso a un servicio fundamental en la actualidad, especialmente en zonas aisladas.

Sin embargo, el contexto brasileño añade un matiz interesante a esta competencia tecnológica, ya que, recientemente, la Corte Suprema de Brasil congeló temporalmente las cuentas bancarias de Starlink como medida para forzar a Elon Musk a pagar multas relacionadas con la disputa en torno a su plataforma X. Esto podría abrir más puertas para que SpaceSail gane terreno en el país.

Consultado sobre esta situación y la competencia entre SpaceSail y Starlink, el ministro afirmó: “Cuantas más empresas tengamos operando y ofreciendo este servicio con calidad, precios justos y responsabilidad en nuestro país, mejor”. Actualmente, la empresa de Elon Musk domina el 45,9% del mercado brasileño de satélites.

Una competencia con implicaciones globales

Además de la dimensión comercial, la competencia entre SpaceSail y Starlink tiene implicaciones estratégicas. Según informa Reuters, investigadores del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China han estudiado el uso de Starlink en el conflicto en Ucrania, alertando sobre los riesgos que su despliegue podría suponer en un eventual enfrentamiento entre China y Estados Unidos.

“El excelente desempeño de los satélites de Starlink en este conflicto ruso-ucraniano ciertamente llevará a Estados Unidos y a los países occidentales a utilizar Starlink de manera extensa en posibles hostilidades en Asia”, señaló Reuters sobre el contenido de un artículo coescrito por investigadores de la Universidad de Ingeniería del Ejército del EPL, en septiembre.

Por eso, la entrada de SpaceSail en Brasil representa un esfuerzo por ampliar su presencia internacional y posicionarse como una alternativa viable a Starlink. Mientras tanto, el mercado global de internet satelital continúa evolucionando, impulsado por innovaciones tecnológicas y disputas geopolíticas que podrían redefinir el panorama de la conectividad en los próximos años.

Fuente La Nación