La desalinización convierte el agua salada en agua potable eliminando la sal y otros sólidos del agua de mar o salobre. Aunque el proceso de desalinización existe desde hace siglos, las plantas desalinizadoras que permiten el tratamiento del agua a gran escala no aparecieron hasta la década de 1950. En 2002, 12.500 plantas desalinizadoras de 120 países proporcionaron 14 millones de metros cúbicos diarios de agua potable. La capacidad mundial de las plantas desalinizadoras casi se duplicará en 2025.
Ante la inminente escasez de agua en las regiones áridas de todo el mundo, muchos responsables políticos consideran que las plantas desalinizadoras son cada vez más atractivas. Sin embargo, al igual que cualquier otra fuente potencial de agua a prueba de sequías, las plantas desalinizadoras tienen ventajas y desventajas.
Según un artículo de 2009 de la Asociación Americana de Obras Hidráulicas, la desalinización tiene una serie de ventajas y desventajas. Por el lado de los pros, la tecnología de ósmosis inversa (OI) es fiable y bien entendida. Si se diseña correctamente, las plantas de desalinización que utilizan la ósmosis inversa pueden suministrar constantemente agua de alta calidad a los consumidores. Y lo que es más importante, la cantidad de agua almacenada en el océano es tan grande que es prácticamente inagotable, por lo que la desalinización es una fuente de agua completamente a prueba de sequías.
Por el lado de los contras, la desalinización es un proceso que consume mucha energía. Según un artículo publicado en 2008 en la revista Ecologist, las plantas desalinizadoras modernas suelen utilizar unos 2 kilovatios hora de electricidad para producir un metro cúbico de agua potable, y esta electricidad suele generarse con combustibles fósiles. Las plantas de desalinización suelen ser caras de construir. Además, la salmuera residual de la planta desalinizadora es rica en sal y a menudo contiene sustancias químicas como el cloro o agentes antisarro. El vertido de esta salmuera directamente en el océano puede causar problemas medioambientales locales.
Ventaja: Proporcionan agua potable accesible
Las plantas desalinizadoras de agua pueden suministrar agua potable en zonas donde no existe un suministro natural de agua potable. Algunas islas del Caribe obtienen casi toda su agua potable a través de plantas desalinizadoras, y Arabia Saudí obtiene el 70% de su agua dulce mediante este proceso. Incluso en países donde abunda el agua dulce, las plantas desalinizadoras pueden suministrar agua a las zonas más secas o en épocas de sequía. Estados Unidos, por ejemplo, utiliza el 6,5% del suministro mundial de agua desalinizada.
Inconveniente: alto coste de construcción y explotación
La construcción y explotación de las plantas desalinizadoras es muy costosa. Dependiendo de su ubicación, la construcción de una planta puede costar entre 300 y 2.900 millones de dólares. Una vez en funcionamiento, las plantas requieren enormes cantidades de energía. Los costes energéticos suponen entre un tercio y la mitad del coste total de la producción de agua desalinizada. Como la energía es una parte tan importante del coste total, éste también se ve muy afectado por los cambios en el precio de la energía. Se calcula que un aumento de un céntimo en el coste de un kilovatio-hora de energía aumenta el coste de un acre-pie de agua desalada en 50 dólares.
Ventaja: Calidad y protección del hábitat
El agua desalinizada suele cumplir o superar las normas de calidad del agua. Las plantas desalinizadoras de agua también pueden reducir la presión sobre los suministros de agua dulce que provienen de zonas que necesitan protección. Al tratar el agua del océano en lugar de extraerla de fuentes que también pueden ser hábitats de especies en peligro de extinción, se pueden preservar estas importantes masas de agua dulce. Además, eliminar el agua salada de los océanos puede concienciar a la gente sobre la protección de estas masas de agua.
Desventaja: El impacto medioambiental
El impacto medioambiental es otra desventaja de las plantas desalinizadoras de agua. La eliminación de la sal extraída del agua es un problema importante. Este vertido, conocido como salmuera, puede cambiar la salinidad y reducir la cantidad de oxígeno en el agua en el lugar de eliminación, estresando o matando a los animales no acostumbrados a los niveles más altos de sal. Además, el proceso de desalinización utiliza o produce numerosos productos químicos, como cloro, dióxido de carbono, ácido clorhídrico y anticalcáreos, que pueden ser perjudiciales en altas concentraciones.