Eran los años cuando la Justicia Chilena ponía en jaque la continuidad de Colonia Dignidad, el enclave alemán cuyo líder Paul Shaffer era acusado de reiterados abusos sexuales contra menores. Hernán Larraín criticó duramente el operativo policial que intentaba detenerlo.
“Eso, obviamente, forma parte de un montaje, de una campaña, no se hace” señaló en esa ocasión el parlamentario de la UDI en defensa de Shaffer. En 1998, incluso, negaron la investigación de violaciones a los DD.HH. cometidas en ese lugar.
Fue Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), quien en conversación con El Dínamo aseguró que “guardó silencio y es uno de los cómplices que guardaron la impunidad” frente a los crímenes que ocurrieron al interior de Colonia Dignidad, ya que “él no debía haber ignorado lo que pasaba ahí porque hay evidencia suficiente de los delitos cometidos”.
