De vuelta a la izquierda: Alberto Fernández presidente de Argentina

El candidato peronista a la Presidencia de Argentina Alberto Fernández logró este domingo el 47,42 % de los votos en las elecciones generales, con el 77,75 % de las mesas computadas, lo que supondría una victoria en primera vuelta, según los datos del escrutinio provisional.

La fórmula peronista Alberto Fernández-Cristina Kirchner se impone en primera vuelta en las elecciones presidenciales de Argentina, según los primeros resultados oficiales.

Con 83% de las mesas escrutadas, la diferencia entre la fórmula del Frente de Todos y el presidente Mauricio Macri es de 6 puntos porcentuales.

El reglamento electoral argentino establece que el candidato que obtenga más del 45% en primera vuelta gana los comicios.

Macri, en fórmula con Miguel Ángel Pichetto, hizo una mejor elección que en las primarias de agosto, que dieron una diferencia de 17%

Pero, ¿quién es Alberto Fernández?

Fernández no es un extraño en la política argentina y mucho menos un novato en las relaciones con los Kirchner. Sin embargo, no es una estrella mediática. “No era una figura conocida, no muy buscada y no generaba gran interés”,explica Adriana Amado.

Nacido en Buenos Aires en el año 1959, Alberto Fernández es abogado de profesión y ha estado interesado en política desde los 14 años. Se introdujo en el ámbito partidista a principios de los 80, con la última dictadura (1976-1983) agonizando y mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Buenos Aires, carrera que terminó con éxito.

Tras liderar la juventud del Partido Nacionalista Constitucional, ya en 1985, con Raúl Alfonsín como primer presidente de la actual democracia argentina, fue designado subdirector General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía y, cuatro años después, el Gobierno del peronista Carlos Menem le nombró superintendente de Seguros de la Nación, puesto que ocupó hasta 1995.

También fue presidente de la Asociación de Superintendentes de Seguros de América Latina.

Años después, Alberto Fernández se distanció del Menem hasta el punto de tomar parte del Grupo de Calafate, un think tank formado por, entre otros, Cristina Fernández de Kirchner, que tenía como propósito evitar la reelección del entonces presidente Carlos Menem y apoyar la candidatura de Eduardo Duhalde (derrotado por Fernando de la Rua en las elecciones del 1999) y, posteriormente, la del propio Néstor Kirchner.

Una relación con los Kirchner

Alberto Fernández fue el jefe de la campaña electoral de Kirchner en las elecciones de 2003 que le encumbraron a presidente.

Desde entonces y hasta 2008, el matrimonio Kirchner y su acólito, al que Néstor nombró jefe del Gabinete de Ministros, fueron carne y uña, al tiempo que el país empezaba a crecer y dejar atrás la dura hecatombe del “corralito”.

Durante el gobierno de Néstor Kirchner, Alberto Fernández ocupó el cargo de Jefe de Gabinete de Ministros. En las elecciones de 2007, volvió a ser el jefe de campaña, aunque esta vez con Cristina Fernández de Kirchner como candidata presidencial.

Sin embargo, su buena relación con el matrimonio Kirchner que se remontaba a los años 90 terminó en 2008, cuando Fernández dimitió de su cargo como jefe de Gabinete y fue sucedido por Sergio Massa, líder del Frente Renovador.

Los problemas y tensiones dentro del propio Gobierno terminaron por desgastar la relación con los Kirchner, principalmente cuando el entonces vicepresidente, Julio Cobos, votó en contra un de incremento de impuestos agrarios propuesto por el Ejecutivo, que había desatado fuertes protestas del sector agrícola en el país. Días después, Alberto Fernandez dimitió.

Poco a poco, el discurso de Fernández se tornó más agresivo hacia la gestión de su vieja amiga, más aún tras la muerte de Kirchner, en octubre de 2010.

“Yo no me fui del Gobierno, a mí me echaron”, “no me voy a callar su mal manejo de la economía” y “el peronismo fue progresista con Kirchner y patético con Cristina” fueron algunos de los comentarios de Fernández en la prensa. También acusó a la expresidenta de encabezar un “mal gobierno” y calificó de “deplorable” su “intromisión en la justicia”.

Pero tras años de distanciamento, el pasado mayo llegaba la gran noticia: Fernández era elegido como candidato a la presidencia de Argentina, y, además, firmaba la paz con Cristina Fernández al nombrarla como su próxima vicepresidenta.

“Todos los que en algún momento tuvimos críticas para con ella entendimos que era un error seguir confrontando entre nosotros, cuando el problema que tenía Argentina se llamaba Macri”, explicó Alberto.

Este  27 de octubre Alberto Fernández, se convirtió en el nuevo Presidente de Argentina.