La policía de Investigaciones de Chile, preocupada por una información que circula en redes sociales, hace el llamado a denunciar, aún cuando no hay registros de casos en la zona.
Desde hace unos días, circula en redes sociales una información sobre tres casos de supuesto uso de la droga conocida como “Burundanga”, por lo anterior, la PDI en su intención de mantener informada a la comunidad, da a conocer los mitos y verdades de esta droga.
La mayoría de las denuncias y casos conocidos a través de redes sociales, cuentan que una persona les habló, le tocó la mano, la incitó a mirar algo, y luego comenzaron a sentirse mal, hablando incluso algunos de que han perdido el conocimiento.
La Escopolamina, conocida como “Burundanga”, es una droga que actúa sobre las zonas del cerebro que se relacionan con la cognición y la memoria, y en sus efectos físicos se pueden encontrar algunos asociados como sequedad de las mucosas, dilatación de las pupilas, visión borrosa, vértigo, entre otros.
En relación si existen casos o investigaciones por el uso de esta droga en la zona, el Comisario Marcelo Chepillo, Jefe de la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de La Serena, señaló: “Hasta el minuto en la brigada no existen denuncias ni se mantiene alguna investigación sobre este tipo de hechos, hay que recordar además que cada cierto tiempo a través de redes sociales se realizan este tipo de publicaciones, las que generan alarma pública y se hacen de manera irresponsable.”
En relación a la forma de aplicación y efecto, el Comisario Chepillo manifestó: “para tener ese tipo de resultados nocivos, como se señalan en las redes sociales, la cantidad de deberían utilizar son bastante grandes y las vías de administración, no es de contacto, ya que si fuera de ésta manera ambas personas tendrían los mismos efectos.”
Por lo anterior, desde la PDI hacen el llamado a la ciudadanía a realizar las denuncias respectivas en caso de creer que ha sido víctima de algún delito donde se podría haber utilizado alguna sustancia para anular su voluntad, ya que la única forma de establecer si se podría estar en presencia de esto es a través de exámenes toxicológicos.
Difícil de detectar
El problema clave a solucionar es precisamente ese, que la mayoría de los casos no pasan de ser una sospecha, por muy fundada que sea. Raramente se traducen en denuncia con pruebas, porque hay que moverse rápido, desaparece de la sangre en 2-6 horas. En la orina, la mayor parte se elimina a las doce horas, pero puede llegar a localizarse hasta una semana después. Es decir, a menudo las víctimas se enfrentan al drama de no ser creídas. En los casos de violación se añade otra circunstancia adversa: que no presentan lesiones genitales porque la droga anula la resistencia. En cuanto a los ancianos, los síntomas de desorientación y pérdida se pueden atribuir a senilidad, a un ictus o accidentes cerebro-vasculares.
Por otro lado, el examen debe seguir un protocolo legal estricto, de cadena de custodia de las muestras. La escopolamina hay que ir a buscarla con un análisis específico. Además, la sumisión química también está subestimada en las leyes. En contra de las indicaciones de Naciones Unidas y a diferencia de algunos países europeos, el código penal español por ejemplo, no la considera un agravante y la incluye en el supuesto de abuso sexual son consentimiento, pero sin violencia o intimidación.
No solo es significativa la incidencia, también los métodos. En algunos hospitales madrileños, el de Henares y otros, revelan fuentes médicas, atendieron en 2015 casos sorprendentes de ancianos extraviados. Les habían robado pero no recordaban nada. La novedad es que se sospecha que la intoxicación fue a través de la piel: con folletos de publicidad repartidos en la calle e impregnados con burundanga. Luego se acercaba alguien, les pedía dinero y se lo daban, o se dejaban acompañar a casa. Otra técnica sería con cremas hidratantes.
La intoxicación cutánea es un punto controvertido, no todos los expertos la creen posible. “Es difícil de probar, pero hemos tenido sospechas en varios casos y puede suceder, estas sustancias se absorben fácilmente”, afirma Helen Dolengevich, psiquiatra y coordinadora del libro Nuevas drogas psicoactivas, publicado en 2015. No obstante, la Policía asegura no tener constancia de ningún caso y María Antonia Martínez, del Servicio de Drogas del Instituto Nacional de Toxicología, afirma que es “casi ciencia ficción”. Lo mismo opinan en el Clínic de Barcelona: “Es un mito, siempre es por ingestión”. Santiago cree que deberían ser dosis muy altas para tener efecto.