Los últimos meses han llevado a todas las personas a innovar, de alguna u otra manera, en su manera de trabajar. En el área de la educación, ha sido particularmente importante el desafío de desarrollar nuevas formas de enseñanza para sobrellevar la crisis. En este contexto, docentes y directivos han demostrado una tremenda capacidad de adaptación a los cambios que se han requerido, esforzándose por llegar a los estudiantes y sus familias y continuar apoyando su desarrollo desde las casas.
La tecnología sin duda ha sido un aliado en este desafío. A través de herramientas tecnológicas se han generado acciones enfocadas en llegar a cada estudiante. Desde apoyar a aquellos con menor conectividad a través de cápsulas educativas, que se comparten por redes sociales, televisión abierta e incluso radio, hasta utilizar nuevas plataformas y metodologías para hacer clases virtuales.
La pandemia ha sido difícil para la sociedad en muchos sentidos, pero también ha traído consigo un tremendo beneficio para los estudiantes: sus docentes se han preocupado de pensar fuera de los límites de una sala tradicional para innovar y fortalecer la educación chilena. Se han atrevido a probar ideas innovadoras y conectar aún más los aprendizajes con la realidad de cada niño, niña y adolescente.
La educación en Chile no será la misma después de este período, todo lo ganado por las escuelas en innovación beneficiará enormemente las clases presenciales cuando éstas puedan reiniciarse. Todo esto gracias a los educadores, docentes y equipos directivos de nuestro país.
Por Paz Collao G., Jefa Programa We Learn Fundación Educacional Oportunidad