Bajo el lema “Donde hay amor y arte, nunca se está solo”, la segunda edición de La Tertulia del Primer Viernes encendió nuevamente el espíritu cultural de Melipilla, demostrando que el arte persiste incluso en tiempos de adversidad.
El viernes 4 de abril, el Centro Cultural Edetrem se convirtió en un refugio de creatividad y resistencia, reuniendo a artistas, gestores culturales y ciudadanos en un espacio donde la palabra, la música y el compromiso social tejieron puentes frente a lo que los organizadores describen como “un invierno gris para la cultura”.
Un Encuentro que Desafía el Silencio
En un contexto donde sectores artísticos han criticado las políticas culturales de la actual alcaldesa, Paula Garate, de la UDI, acusándolas de “sofocar” el desarrollo creativo, la tertulia surgió como una trinchera luminosa. Dos concejales, Paola Palacios y Víctor Loyola, se sumaron al diálogo, entrelazando política y poesía en un gesto de apoyo a la escena local.
Pero el momento más conmovedor llegó con la presencia de Arturo Saldes Núñez, reconocido defensor medioambiental, quien viajó 175 kilómetros desde Rengo para compartir su mensaje. “No vine por fama, sino por amor a la cultura y al planeta”, declaró Saldes, cuyo discurso resonó como un llamado a proteger tanto el arte como la tierra que lo sustenta.
Cultura como Acto de Resistencia
El evento, autogestionado y arraigado en la comunidad, fue celebrado por los asistentes como un triunfo colectivo. “Cuando la cultura resiste, los pueblos florecen”, destacó uno de los organizadores, recordando que iniciativas como esta dependen de la voluntad de quienes creen en un futuro “escrito con tinta verde y versos compartidos”.
Para revivir los momentos más emotivos de la jornada, los organizadores compartieron un registro audiovisual que captura el espíritu de la tertulia: Ver video aquí.
Mientras Melipilla sigue buscando su rumbo cultural, La Tertulia se consolida como un faro: prueba de que, mientras haya quienes caminen distancias largas por un sueño, la esperanza nunca dejará de andar.
Historia del Centro Cultural
El Centro Cultural EDETREM (Espacio Para el Desarrollo Tres de Marzo) fue creado en memoria de la tragedia ocurrida el domingo 3 de marzo de 1985, cuando un terremoto devastó Melipilla, dejando huellas imborrables en la ciudad.
En agosto de 1987, el melipillano Luis Arias Manzo —quien regresó del exilio tras 12 años de vivir en Francia tras la dictadura de Pinochet en Chile— fundó EDETREM como una institución sin fines de lucro para apoyar a los más necesitados de la comuna. Sus objetivos eran:
- Adquirir un terreno y construir una casa para instalar un comedor infantil.
- Brindar ayuda solidaria a la población afectada.
Aunque se logró comprar el terreno y construir la casa (diseñada por el arquitecto alemán Clemens Dietz con ayuda de voluntarios), el comedor nunca funcionó por falta de recursos. Sin embargo, se estableció un consultorio médico gratuito gracias a los doctores Ramón Troncoso y Luis Tapia, con medicamentos donados desde Francia.
El financiamiento provino de instituciones francesas como “Enfance et Partage” y “L’Espace Barthélémy De Las Casas” (del sacerdote François Biot), además de una contribución personal gestionada con el presidente François Mitterrand.
Inaugurada en 1990, tras el retorno de la democracia, la casa albergó talleres de alfabetización, cursos de seguridad y agricultura en los años 90. Sin embargo, con el tiempo, el espacio decayó por falta de apoyo internacional y mantención.
En enero de 2018, el centro resurgió como Centro Cultural, con remodelaciones, talleres de pintura, danza terapia, yoga y francés, además de una biblioteca, recuperando su misión social y cultural para Melipilla.
EDETREM sigue siendo un símbolo de resiliencia y solidaridad, honrando la memoria del terremoto de 1985 y el esfuerzo de quienes trabajaron por reconstruir la comunidad.