En un mundo en constante evolución y con los flujos migratorios intensificándose, los datos sociodemográficos se han convertido en un activo imprescindible en múltiples aspectos. Y es que esta información no solo se usa para modelizar la distribución de la población en una región o país, también ayuda a tomar decisiones significativas en materia de economía, vivienda o transporte.
La mayoría de censos con datos recopilados al estilo tradicional solo se actualizan cada varios años, haciendo prácticamente imposible conocer los cambios estacionales o que se producen cada mes. Gracias a los avances tecnológicos, una imagen satelital en vivo de la Tierra y determinadas fuentes de información, como los SIG o los sistemas de posicionamiento global, es posible cartografiar la distribución de la población con una frecuencia mucho más rápida.
Desafíos de la superpoblación
La población mundial ha incrementado durante las últimas décadas y la tendencia es que siga haciéndolo, con muchas estimaciones apuntando a los 10.000 millones de personas para finales de siglo. Las razones para este fenómeno son diversas: avances en medicina que nos permiten vivir más tiempo, mejora de las condiciones de vida, reducción de la hambruna y la malnutrición o la reducción de las tasas de mortalidad. Dado que las tasas de natalidad siguen siendo elevadas en muchas regiones, especialmente África, la combinación del aumento de los nacimientos y la disminución de la mortalidad contribuye al continuo aumento del crecimiento demográfico.
Sin embargo, este crecimiento supone un desafío a la hora de alimentar a todos y, al mismo, tiempo hacer un uso responsable y con mesura de los recursos naturales de los que disponemos. El constante aumento de la población provoca una degradación ecológica acelerada, aumenta la probabilidad de conflicto entre países por los recursos más escasos y genera graves desequilibrios en muchas ciudades del mundo, donde la inmigración supera por mucho la capacidad de las autoridades locales en materia de vivienda, transporte público, sanidad o educación.
Datos satelitales y la cartografía de la población
A medida que la población crece, las ciudades también experimentan planes de expansión para acoger a estas personas. Este crecimiento de la ciudad debe ir de la mano de una planificación eficaz en materia de servicios públicos y asignación de recursos. Pero para conseguirlo es necesario contar con información fiable y, sobre todo, actualizada.
Durante mucho tiempo, los datos de censo de una ciudad se solían realizar por barrios o por código postal. Sin embargo, este tipo de datos no ofrecen una perspectiva objetiva de la situación, ya que los datos ofrecen valores homogéneos. No es extraño que dentro de un mismo código postal puede haber una zona con casas individuales y a unas cuantas calles de distancia haya edificios de varias plantas con una alta densidad habitacional. Cuando esos mismos datos se usan con fines de marketing y publicidad puede ser poco realista (por ejemplo, el cálculo de la renta media en la zona si las personas que más ganan superan varias veces lo que ganan las personas que menos).
El uso de imágenes satelitales, junto con otras herramientas de teledetección, busca corregir este problema para que investigadores y urbanistas pueden cartografiar y analizar con precisión la densidad de población en las ciudades. Habitualmente, los datos satelitales suelen complementarse con información adicional o de registros existentes, pero existen otros métodos más sofisticados y precisos donde se combinan múltiples datos, como el uso y cobertura del suelo, iluminación nocturna y datos climáticos. A la hora de realizar análisis más concretos, la combinación de imágenes satelitales y métodos de geoestadística puede ayudar a comprender diversos fenómenos sociales como la pobreza, la cobertura de una determinada vacuna o los casos de una enfermedad.
En el caso de las zonas rurales, la teledetección permite llevar a cabo un censo de una forma más rápida y efectiva que los métodos tradicionales. Y es que las imágenes satelitales en tiempo real pueden revelar asentamientos, carreteras, zonas agrícolas y otras características que indican la presencia humana. Estos datos son especialmente útiles para la asignación eficaz de recursos y la prestación de servicios, ya que muchas zonas fuera de las grandes ciudades tienen acceso limitado a servicios esenciales.
Otras Ventajas de las imágenes satelitales para la sociedad
Las imágenes satelitales se han convertido en una de esas herramientas indispensables en múltiples sectores y tareas que van más allá de la demografía. Por ejemplo, en agricultura han revolucionado el sector al aportar información muy valiosa sobre los cultivos y el suelo sin tener que estar físicamente presentes en el campo, incluso de parámetros que el ojo humano no puede ver por sí mismo. Esto hace referencia, entre otras cosas, a características como la salud de los cultivos, la humedad del suelo en las capas inferiores o los primeros signos de una enfermedad o plaga.
El sector logístico también se ha visto beneficiado por la aparición de los satélites, ya que ahora es mucho más sencillo y eficaz planificar las rutas de transporte en función de la congestión y de la eficiencia. Asimismo, también permite analizar las rutas para, por ejemplo, evitar carreteras en mal estado o desviar un transporte si se ha detectado un accidente más adelante y perder el menor tiempo posible.
La mitigación y la respuesta ante catástrofes naturales es otra de las actividades que ha mejorado enormemente desde que se empezaron a usar datos satelitales. Aunque muchas catástrofes no se pueden evitar, su seguimiento mediante imágenes satelitales en vivo ayuda a establecer las zonas que se verán más afectadas o la ruta prevista (en el caso de huracanes). Cuando el desastre ya ha terminado y la movilidad sobre el terreno es muy complicada, son muy útiles para buscar rutas de acceso para los equipos de rescate y coordinar la acción en la zona cero.
Las imágenes satelitales han revolucionado la cartografía de la demografía, ofreciendo datos precisos y actualizados. Gracias a ellas, y en conjunción con otros datos, los responsables de urbanismo pueden mejorar la planificación urbana y responder de forma más eficaz a los desafíos sociales y medioambientales de la actualidad y en el futuro.
Autor:
Petro Kogut es Doctor en Física y Matemáticas, y autor de múltiples publicaciones científicas. En su investigación académica se centra, entre otros temas, en el tratamiento y la aplicación de las imágenes de satélite. En la actualidad, el Prof. Dr. Petro Kogut también trabaja como asesor científico.